Nuestra prensa y nuestros políticos harían bien en abandonar la violencia y volver al debate y la Razón.

Compramos sentimentalidades y eso nos venden. Nuestra sociedad fabrica alfabetos, gente de abc y poco más.

Triunfa el totalitarismo en una de sus formas: mi dinero puede comprar hasta tu propia vida.

Lo mejor es dejar a las familias con sus penas, unas en templos calefactados y otras en basureros pútridos.

Confundir belén-viviente con Imperio-Romano es propio de un estadio mental infantiloide.

No he conocido a una sola persona del gremio que no esté riéndose de esta "pantomema".

En España nunca hubo dos bandos, sino una rebelión contra el Estado.

Oigo historias, principio de curso, de una chavalería abandonada a su suerte, prácticamente analfabeta.