Lotta Continua
Francisco Silvera
Una modesta proposición
Quizá sea la edad, pero estoy perdiendo, a punto de arrojar la toalla. Me equivoqué de especie, cuando en la otra vida elegí mi destino debí ser muy ignorante porque el ser humano es terrorífico. Un colibrí, una vulgar alburraca atlántica, aunque fuera un cangrejillo marismeño, cualquier cosa y no esto, lo peor. Por qué... sincera y juvenilmente me pregunto siempre por qué. Los hedonistas antiguos referían que la muerte es la medida de todas las cosas, que ante ese abismo sólo queda intentar ser feliz contra las vicisitudes de la naturaleza. Por qué.
Kohlberg nos explicó que para pensar éticamente debemos tener cierto grado de abstracción; otra cosa es la moral, residuo religioso que apuntala costumbres útiles, deformadas por la fe a su mayor gloria y degeneración. Ponerse en el lugar del otro requiere salir de una misma.
Cuando veo a toda esta harca de apoliticastros, me inquiero sobre su concepción del mundo. Entiendo el hartazgo pero política es la convivencia, esto es, cuando hay dos personas juntas llamamos política al intercambio de sus actos, porque hasta para definir la privacidad necesitamos definir lo público. Apolítico qué coño es. Si te da todo igual, mirándote bien eres un cínico (en el sentido antiguo) que se mueve entre dar soporte al estado de las cosas, aunque sean injustas, o poner en duda todo porque nada merece la pena. Pensar que “política” es un “defecto”, ésos que dicen que un juez no deber ser político, que una cirujana no debe tener ideología, como si esas cosas “albas” existieran, es ignorar o insultar.
Las ideologías son el aire de nuestra coexistencia. Lo triste es constatar el eterno retorno de lo mismo; la edad nos engaña para que creamos que la realidad transita: los años nos demuestran que no, que el presente es sempiterno y que cambian las caras pero no los actos. Lo del PSOE empieza a heder de una forma tan cutre... se les nota que son pobres hartos de comer, corrupción de saldo, farlopa y putas, de ropas y de lujos de desgraciado, ¿otra vez?, ¿de verdad?; lo del PP apesta a Severiano Martínez Anido, a Primo de Rivera el padre, a Kindelán, Lerroux o Juan March, a ese instinto de propiedad que les lleva a ganar por las buenas o por las malas. España da asco. Pero no olvidemos que la política son nuestros actos, que éstos, otros y unos, somos nosotros removiendo basura. Los criminales, mientras, se frotan las manos unos a otros.
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