Paco Guerrero
De Regalarte
No sé aún quién es el Nobel de la Paz... me pregunto cuánto cuesta, cuánta sangre de niño, víscera de niña, pulmón de hombre o intestino de mujer son un precio asumible para obtenerlo. Si se lo dan a Trump subsidiariamente se lo darían a Netanyahu, el fin de los Nobel. Tanto en Ucrania como en Palestina he defendido que la obligación ética, política y legal de un dirigente debería ser evitar la guerra hasta considerar delito cualquier desliz en ese sentido, esto es, que si hubo un resquicio para evitar la violencia y no se usó sea considerado un criminal. Claro que es mejor la paz, pero la comunidad internacional, serena, debe ser ejemplar con los presuntos asesinos y genocidas, debe ser taxativa con los dementes que se tienen por pacificadores mientras machacan cabezas, debe aferrarse al acuerdo pero ni debe perdonar el terrorismo ejercido desde grupos fanáticos de nacionalistas o religiosos (disyuntiva inclusiva) ni el terrorismo de Estado del gobernantes con patente para matar a mayor gloria de su Historia.
Pensar que Hitler, Franco, Stalin o Pinochet, cualquiera de los tipejos de esta ralea, se consideraban a sí mismos asesinos, aparte de optimismo antropológico es no entender la mecánica de la mente humana, verdadera especialista en montar cadenas de razonamientos para justificar un peo y después defenderlas. No se nos olvide que no suelen matar con sus manos, otros ejecutan, muchas veces ni siquiera dan órdenes. Aquí paz y después gloria no puede ser. Hay un presunto genocidio investigado, la paz a la larga debe suponer ese procesamiento si lo hay, y sin olvidar que un Estado palestino de verdad debe comenzar por meter en la cárcel a los criminales y violadores como hace cualquier democracia fiable. Pero desengañémonos, la espiral de violencia en la que nos encontramos convierte a los humanistas en enemigos de la libertad, a las feministas en sicofantas (literalmente “mostradoras de higos”, aunque significa “denunciante falsa”), a los abolicionistas de la esclavitud en enemigos del mercado y a los defensores de lo Público en ladrones.
Hemos perdido las referencias, sí, le acuso, nos acuso, por un plato de lentejas nos importan una mierda las vidas de los otros. “Pedimos tierra y territorios (colonias) para el sustento de nuestro pueblo y colonización para el exceso de población”. Adivinen qué partido alemán de los años 30 en el siglo XX pedía esto en su programa.
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