¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
María Jesús Montero, tocada
Para mí, el problema capital de la política española no es que se vaya Sánchez, agur, es que llegue no el visir de la extrema, sino Feijoo, un tipo al que no hemos oído una sola idea que tenga que ver con política desde que aterrizó tras la Defenestración de Génova para mantener la carta de la Gran Tapada.
La olla de caldo “quienpuedahacerquehaga” que le han hecho a la mayoría social de nuestro Estado (país me da alergia, patria vomitera y nación diarrea) ha contado con el mejor contexto posible, efectivamente da igual lo que haga Sánchez o su entorno, como le ocurrió al desmemoriado González o al tándem Aznar-Rajoy, los gobiernos se van descomponiendo hasta ser insostenibles, y sólo habría que abrir la hemeroteca para ver cómo los delitos cometidos por estos tres y sus equipos son mil veces más dañinos y han afectado a la estructura económica y social de nuestro tiempo; Zapatero el Gris la cagó gestionando.
Pero el caldo está y Sánchez no tiene más salida que dimitir. Porque cada caso que le explota debilita la base del Estado; no nos olvidamos de que la debilitan quienes, lejos de proponer soluciones y alternativas, se dedican al insulto y deslegitimación constantes para alcanzar el poder... y nadie nos dice para qué lo quieren, aunque ya lo sabemos, por experiencia. Váyase, señor Sánchez. No nos queda otra que confiar en la democracia, que unas elecciones, fuera usted ya del disparadero (reconozca que la diana que lleva tatuada facilita mucho), vuelva a generar una coalición ¡legítima! para un Parlamento que trabaje por solucionar los graves problemas de, sobre todo, los jóvenes, la sanidad y la educación, que son el fundamento de la igualdad y la redistribución de la riqueza.
Si gana el PP, incluso con Feijoo, que lo haga con la absolutísima, que el visir no pueda, con su perfil de guerrero de la medianoche, poner su detrito ideológico en las instituciones públicas. Cuando lleve dos días nos habremos adaptado. Lo que me pregunto es ¿una vez creado el monstruo, cabe salvación? Es decir, un nuevo Gobierno que no haga lo que se le manda, porque lamentablemente para algunos España es una de las democracias solventes, ¿está condenado a la persecución, las denuncias sin fundamento, las instrucciones prospectivas, las sentencias a posteriori...?
La izquierda ni tiene poder para eso ni suele ser unánime en este juego, que practica pero de formas mucho más cutres. Le falta clase, social. Va a costar restaurar esto. Por favor, PP, quédate con todo, necesitamos respirar, para ti.
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