Los viernes, toca ciencia

12 de diciembre 2025 - 03:06

En el año 2013 puse en marcha esta iniciativa en la librería Pacopeco, que regentaban dos periodistas, José Manuel Serrano y Yolanda Olivares. Ellos fueron las primeras personas a las que propuse esta actividad con una única finalidad, acercar la ciencia a los más pequeños. Me gustó aquel pequeño espacio lleno de libros en pleno centro de Algeciras. Siempre me han seducido las librerías, aún hoy lo siguen haciendo. Empecé sola, con la propuesta de hacer un taller de ciencia mensual para niños entre 5 y 9 años. A ellos les pareció una buena idea y le dimos forma. Hoy recuerdo esa etapa con nostalgia, probablemente influida, porque en el próximo año el proyecto Diverciencia cumple 20 años. Quizás por eso, he vuelto hace un par de semanas a impartir, junto con dos amigos, el estupendo ilustrador de naturaleza Nicolas Ruiz Espintapájaros y mi colega de profesión Ana Juárez, un taller basado en los sonidos de los animales que podemos encontrar en la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo (RBIM). Divulgar para conocer, ¿por qué no desde la infancia?

Estos talleres se trasladaron posteriormente desde la librería al Centro Documental José Luis Cano. No obstante, hacía tiempo que yo ansiaba tener un lugar propio para nuestras actividades, por lo que hice una petición formal al Ayuntamiento de Algeciras, que en 2018 nos concedió un aula en el Antiguo Hospital Militar en la calle Convento. Qué enorme sorpresa cuando, sin saber nada, me encontré en la inauguración con que le habían puesto mi nombre. Algunas mañanas cuando voy al centro de Algeciras para cualquier gestión, me doy una vuelta por allí, ordeno algún material o recoloco alguno de los pósteres de proyectos de investigación que adornan la sala. Lo que les decía, pura nostalgia…

Estos talleres, desde entonces ya consolidados, los imparten los docentes de los centros educativos de la Asociación Amigos de la Ciencia, Diverciencia bajo la coordinación de Sara Gil, profesora del IES Levante y también participante en esta iniciativa. Gracias a las familias que llevan a sus hijos, son una “iniciativa solidaria” ya que, desde hace algunos años, realizan una pequeña aportación económica que se entrega públicamente a final de curso al proyecto Por una Sonrisa, que, seguro todos conocen. De esta forma la divulgación científica se hace también en favor de un colectivo que, por su magnífica labor, necesita todo el apoyo que podamos darle.

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