Real Balompédica Linense | Resumen 2018

2018: el exitoso año I de Raffaele Pandalone

  • La salvación in extremis en Murcia, el traspaso de Stoichkov y la deslumbrante 2018-19 salpicada de records, los apartados positivos de los últimos doce meses en la Balona

  • El cierre de una parte de la Tribuna del Municipal y la angustiosa segunda vuelta de la 2017-18, los puntos negros del último año

El 2018 que finaliza es, sin duda, el año del gran relevo en la Real Balompédica Linense. Alfredo Gallardo abandonó nada más comenzar el año una presidencia en la que llevaba afincado una década y su relevo Raffaele Pandalone  -designado por el propio mandatario y sin oposición en los comicios- lleva doce meses imprimiendo su estilo nada estridente al club. Doce meses después la centenaria entidad de La Línea mantiene la imagen de seriedad en los pagos que le imprimió el anterior mandatario y a pesar de haber tenido que sortear obstáculos inimaginables, el equipo está anclado en los puestos que dan derecho a disputar la fase de ascenso. El año que finaliza tuvo su momento de máxima tensión [transformada después en máxima felicidad] en la última jornada de la campaña precedente, en el que los de La Línea necesitaron vencer a domicilio al Real Murcia para evitar el descenso.

Los balonos estrenaron 2018 con una más que emotiva asamblea. Fue el dos de enero en el Círculo Mercantil. Ese día Alfredo Gallardo, entre lágrimas y aclamado por los presentes, dejaba de llevar entre sus manos el timón de la entidad.

Aquel mes -salpicado como cada año por innumerables amistosos que igual luego acabaron por pasar factura- fue testigo de la toma de posesión de Raffaele Pandalone, que prometió “no hacer promesas” que no pudiera cumplir y renovó a Stoichkov hasta 2020 en su primera comparecencia pública. Desde entonces el empresario italiano ha tenido que soportar casi a diario vaticinios sobre su inminente marcha, a los que incluso alguna vez tuvo que restar credibilidad públicamente.

Se fueron Dennis Nieblas y Damián Zamorano, llegó Özcan y los linenses sellaron las dos últimas jornadas del primer mes del año con dos victorias inolvidables. Una sobre el colista Lorca, en la que el propio Stoichkov hizo un gol estratosférico que se hizo viral en las redes sociales. Otra en el campo del Extremadura del exbalono Manolo Ruiz (0-2), que marchaba segundo. La Balompédica era octava a tres puntos del cuarto.

En mitad de febrero el equipo linense venció al Recre (2-0) en jornada matinal, se aupó a la sexta plaza y guillotinó al técnico del Decano. Se dispararon las expectativas.

Las dos jornadas siguientes marcaron el comienzo de un auténtico vía crucis. Primero en El Ejido y más tarde en casa, ante la UD Melilla, el equipo de Julio Cobos firmó empates (2-2) después de entrar en el tramo final de ambos duelos con una renta de dos goles y de encajar los tantos del enemigo en el último suspiro. Una victoria sobre los norteafricanos, a los que vencía en el 86’, hubiese aupado al equipo a la cuarta plaza.

Nada volvería a ser igual. Aquellos dos partidos marcaron el devenir de la Liga. La Balona entró en barrena. En marzo firmó dos empates y tres derrotas. Ni siquiera el punto logrado en su visita al UCAM Murcia con un tanto de Wilson Cuero en el 93’ acababa de dar oxígeno. De hecho poco después volvió a perder en casa ante el Córdoba B con otra diana, esta vez de Quiles, en el añadido. Los minutos que iban más allá del 90 se habían dado pie a un auténtico síndrome.

Mientras Julio Cobos se aferraba a decisiones cuando menos muy discutibles abril acentuaba la crisis hasta que el día 22 los albinegros cayeron en casa ante Las Palmas Atlético (1-3) también en partido disputado al mediodía y la directiva se vio forzada a destituir al técnico extremeño en el transcurso de aquella misma tarde.

Tres partidos tenía su relevo, Pedro Sánchez de la Nieta, para evitar la catástrofe. Y el primero lo perdió en Jumilla. La situación estaba al límite. Un empate en La Línea con el Cartagena (que acabaría campeón) y una milagrosa victoria en Murcia (tercero) en la última jornada con dos goles de Stoichkov (los últimos del sanroqueño con la guayabera albinegra antes de ser traspasado al Real Mallorca) otorgaron una salvación celebrada a lo grande en la Nueva Condomina. No era para menos. En aquel momento se ponían los cimientos del nuevo proyecto.

De la Nieta no sería renovado y justo el día en que se anunciaba el nombre de su relevo, reivindicó su éxito en las páginas de Europa Sur: "Nadie podrá quitarme la medalla de haber salvado a la Balona"

El verano no pudo ser más movido. La Balompédica, que volvió a organizar el Trofeo Ciudad de La Línea tras haberlo recuperado el año anterior, llevó a cabo una transformación casi sin precedentes desde el cuerpo técnico hasta la propia plantilla.

La llegada de Jordi Roger -desvelada por este periódico- y de algunos jugadores desconocidos en el grupo IV provocó la aparición de un grupo de escépticos que aventuraron un patinazo. El fútbol se ha encargado de poner en su sitio aquellos vaticinios que ahora nadie recuerda haber formulado. Lo cierto es que la respuesta a la campaña de captación de abonados no fue la esperada.

La temporada comenzó con un triunfo histórico en el campo del ahora líder UCAM (0-1) que ponía fin a una racha de 33 años sin que los de La Línea arrancaran en Segunda B con una victoria como visitante.  

Cuando todo parecía ir viento en popa un informe de los técnicos municipales obligó a inhabilitar la parte alta de la tribuna del Municipal y los aficionados de esa grada se vieron relegados a una grada supletoria. Para colmo un arquitecto visionario solicitó a la Junta que paralizase la retirada del voladizo, una petición que no fue tenida en cuenta. Una de esas cosas que solo pasan en La Línea. El Ayuntamiento asegura que el derribo de la visera estará finalizado para mediados de febrero y que mientras habrá que seguir soportando estrecheces.

La Balona de Roger, ajena a contratiempos extradeportivos, seguía haciendo camino y ni siquiera la derrota en el Álvarez Claro ante la UD Melilla (la única de lo que va de curso) le distrajo ni le separó un ápice de un discurso futbolístico que la afición ha acabado por hacer suyo.

Fue precisamente en el desplazamiento posterior a su primer revés, a Sanlúcar, cuando el equipo de La Línea compareció sin ninguno de los porteros de su primera plantilla. Javi Montoya, por lesión. David Robador, por una extravagante sanción. Después de una semana con opiniones para todos los gustos y de los peores presagios la Balona arrancó un más que emotivo empate sin goles en El Palmar con el juvenil Manu Caro en el marco y los aficionados saltando al campo para abrazar al toricantano tras la finalización de la contienda. Aquella demostración de solidez y de solidaridad colectiva supuso todo un punto de inflexión de la que aún se están recogiendo los frutos.

En los últimos meses la Balompédica ha sido noticia a nivel nacional por su racha de partidos sin conocer la derrota. Trece encadena y subiendo. Solo el Atlético de Madrid la mejora en las tres primeras divisiones. Y por supuesto por los 943 minutos que Javi Montoya ha estado sin encajar un tanto hasta que en la última jornada del año recibió dos en Don Benito. Una racha que no ha conseguido que el meta riojano haya perdido ni un ápice de su humildad. 

Enero de 2019 arranca con dos exámenes para nota, ambos en el Municipal y con la sempiterna expectación por los cambios que se producirán en el plantel, del que ya salieron Cecceri, Juan Delgado y Abel Suárez. y en la que se antoja inminente la de Rafa Navarro. Pero todo eso está por escribirse.

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