Cuando los vikingos celebraban una fiesta, al pasarse entre ellos el cuerno lleno de cerveza, pronunciaban la palabra Lagom. El significado del vocablo es "deja para los demás". Es curioso que la expresión, perdure hasta nuestros días pero dotada de varios significados. Puede traducirse por "lo correcto" o "lo justo". Ya sabemos que los países nórdicos como Suecia, Noruega o Dinamarca, tienen un nivel de vida envidiable y que sus ciudadanos están entre las diez naciones más felices del planeta, según Eurostat. Sin embargo España, aunque nos empeñemos en decir que como aquí no se está en ninguna parte, se encuentra bastante distanciada de los nórdicos en esa clasificación. Sabemos también que allí se disfruta del mejor sistema educativo del mundo y los ciudadanos pagan altos impuestos, sin rechistar, en la confianza de que revertirán en unos servicios públicos de alta calidad.

Todo esto es lo visible de estas sociedades, pero lo importante es fijarnos en el sistema de valores, que las hacen como son. El autor danés Aksel Sandemose escribió en los años 30 una novela en la que creó la imaginaria ley de Jante, 10 cuestiones que refuerzan los valores de humildad, modestia y conformidad. Esta especie de decálogo, ayuda a entender estas sociedades. A modo de resumen, recomienda no pensar que tú eres especial, eres más listo, eres mejor, sabes más o eres más importante que los demás. No debes pensar que eres bueno en nada. No te rías de los demás. No debes pensar que los demás se preocupan por ti y no debes pensar que tú puedes enseñar algo a los demás.

Este código virtual que ha regido la conducta cívica de esos países, ha conseguido sociedades respetuosas con el medio ambiente y los derechos humanos, con el objetivo de conseguir una comunidad fuertemente igualitaria. Yo no digo que ello sea mejor o peor que nuestra forma de vida mediterránea, puesto que al fin y a la postre también ellos se lo cuestionan. ¿Si decidiéramos elaborar una ley de Jante para los españoles, por donde empezaríamos? Posiblemente por "el que hizo la ley, hizo la trampa", "las normas son para los mediocres", "la disciplina es para el que toca la corneta" o "al amigo, el culo, al enemigo por el culo y al indiferente el reglamento vigente". ¡Ay! Señor.

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