En el futbol hay un dicho: "Los derbis no se juegan, se ganan". Y el que mejor lo entendió en el Clásico del pasado domingo fue el Algeciras CF. La Balona jugó un partido más y los albirrojos jugaron 'el Partido' y por eso se llevaron el gato al agua. Quizás el hecho de tener en el campo a varios futbolistas algecireños que han mamado este tipo de partidos desde bien pequeños haya sido un factor fundamental.
Analizando el fútbol que desplegaron los dos equipos, el domingo no se pudo demostrar, como es costumbre en este tipo de partidos, el juego que practica cada equipo. Se notaban la tensión y el nerviosismo. En los primeros minutos salió mejor plantado el equipo albinegro, que tuvo una clarísima oportunidad de ponerse por delante en el marcador. Lo que siempre le había pasado al equipo de Fajardo esta temporada era que en la primera que le llegaban le metían gol, pero esto no sucedió en el derbi y a partir de ahí el Algeciras se centró y empezó a llevar el peso del partido, con un juego más directo, como el día del Don Benito. Pero a partir de ganar segundas jugadas, intentaba jugar su fútbol de toque, aunque con menos ocasiones de gol.
Ya en la segunda parte, con el 2-0 a favor, el Algeciras jugó un fútbol muy práctico, dándole en cada momento el ritmo que necesitaba el partido.
Alegría, que ganar un partido cuesta mucho, y más este tipo de duelos, pero solo son tres puntos y queda mucho que cortar. Hay que seguir trabajando y corrigiendo errores para terminar el año con entereza para afrontar la segunda vuelta, la de la salvación.

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