El ansiado ascenso ya está aquí y el Algeciras CF vuelve a ser equipo de Segunda división B después de tres temporadas en Tercera, categoría que con todos los respetos e incluso que por historia más tiempo hemos estado, se le queda pequeña a este gran equipo, esta gran afición y esta gran ciudad.

En una de las temporadas más raras y más difíciles que se recuerdan en años, en la que hemos pasado por todos los estados de ánimo que se pueden pasar: al principio, ilusión por el juego demostrado con Javi Viso en el banquillo. Después de un bajón del equipo, convulsión por el cambio de entrenador, no toda la afición estaba de acuerdo con la decisión; incertidumbre con la llegada de Fajardo al club, un entrenador sin apenas experiencia y se dudaba entre la afición si era el entrenador idóneo. Esperanza, por la reacción del equipo con el nuevo entrenador, desánimo por las varias derrotas que nos alejaban de jugar el playoff, éxtasis por meternos en la liguilla contra todo pronóstico y clímax con el ansiado ascenso. Después de todas estas sensaciones, se ha conseguido el objetivo de volver a Segunda B.

Cuando ya nadie daba un duro por este equipo y sus integrantes se encontraban solos, cerraron filas, se crearon una coraza y creyeron en ese pequeño hilo de esperanza a base de fe y coraje, consiguiendo en el último partido y últimos minutos meterse en el playoff. Ese éxtasis de conseguir la clasificación cuando ya solo unos locos creían, creó esa simbiosis mágica entre equipo y afición que hace que este Algeciras sea único, especial y sea capaz de cualquier cosa. Hacía años que no se veía a la afición tan volcada con su equipo.

Que en el deporte hoy en día es muy importante la psicología se ha demostrado esta temporada, un equipo que después de jugar contra el Coria o el Conil era un equipo sin alma, desanimado, a base de creer en ese hilo de esperanza en el que agarrarse que nos dejaban los demás ha cambiado de una forma increíble y se ha mostrado como un equipo alegre, con carácter, capaz de superar a cualquier rival que se pusiera por delante; el poder de la mente.

Porque lo que ha hecho este equipo en este playoff es para quitarse el sombrero, ha superado a los rivales más difíciles que había en el bombo, recibiendo solo tres goles en seis partidos y metiendo 12 goles.Hemos vuelto para quedarnos, esa es la idea que se tiene que trabajar entre todos para asentar el club en Segunda B, con un proyecto serio, que ilusione, que se aproveche esta corriente positiva de algecirismo que se ha creado para hacer un Algeciras CF más grande.

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