Restos humanos abandonados

Un informe alertó de la imposibilidad de trasladar el hospital de La Línea en tiempo y forma

  • El grupo de trabajo que coordinaba la mudanza fue desmantelado por la Junta tres meses antes tras filtrarse un estudio que consideraba "inviable" la operación

  • La licencia de ocupación del nuevo hospital llegó un día antes de la inauguración, pero desde semanas antes funcionaban varios servicios

El antiguo hospital de La Línea.

El antiguo hospital de La Línea. / Jorge del Águila

Cuando hace una semana salió a la luz pública la presencia en las oscuras salas del antiguo hospital de La Línea de fetos, órganos humanos y documentos olvidados, los sanitarios que en su día participaron en el cambio al nuevo centro hospitalario recordaron la precipitación con la que se realizó el traslado al nuevo centro hace más de tres años. 

El cierre del hospital viejo y la apertura del nuevo se produjo de forma progresiva entre septiembre de 2017 y junio de 2018. Esa etapa estuvo siempre rodeada de la polémica por la premura con la que se llevó a cabo la organización de la mudanza. De hecho, el llamado Grupo Motor -que había sido designado para preparar y coordinar el traslado- fue desmantelado tres meses antes de la inauguración definitiva, justo después de que elaborara un informe en el que calificaba de "inviable" la operación y recomendase aplazarla a septiembre. 

El responsable de aquel equipo era Andoni Carrión, entonces supervisor de Consultas Externas y Atención Ambulatoria, que recuerda que el cambio "no reunía ciertas condiciones materiales y de procedimiento", lo que aconsejaba su aplazamiento. El informe llegó a manos de la parlamentaria andaluza Inmaculada Nieto (IU), que lo esgrimió en la Cámara autonómica, lo que provocó que el Grupo Motor.

"Después de decirlo innumerables veces, mostré mi disconformidad en un informe que terminó siendo filtrado interesadamente para apartarme. A partir de ese momento dejé de confiar en quien tomaba las decisiones, por lo que renuncié a mi cargo de supervisor una semana después del traslado al nuevo hospital por una cuestión de principios", rememora Carrión, concejal socialista en el Ayuntamiento de La Línea y una de las personas que estuvo en la Junta de Portavoces que el lunes pasado determinó programar movilizaciones para pedir una solución al problema de seguridad y salubridad que supone el edificio abandonado.

Destituidos

Carrión y sus compañeros del Grupo Motor no llegaron a participar en el cierre del viejo centro hospitalario porque no llegaron a esa fase del traslado. Fueron destituidos antes, lo que significa que las personas designadas para controlar la mudanza fueron reemplazadas antes de empezar la clausura del antiguo edificio. La Consejería de Salud no informó sobre quiénes continuaron con esta labor. "Solo se me consultó por el antiguo Hospital Municipal (un edificio contiguo) donde había muebles que yo entendía que podían aprovecharse para asociaciones que lo necesitaran, pero me dijeron que no podían ser utilizados y se quedaron allí", explica Carrión, que cree que fue elegido para coordinar el traslado "por coyuntura". "Fui el primero que conocí el proyecto años atrás y el primero que llegó al centro nuevo".

"El vídeo, la repercusión generada, el acuerdo político sobre el asunto incluyendo una moción conjunta de todo el arco municipal y la investigación judicial iniciada, solo vienen a darme la razón en muchas cosas de las que decía entonces", subraya Andoni Carrión

Para este enfermero, "el problema tiene que ver con el postraslado". "Se ocuparon de darse muchos abrazos y hacerse muchas fotos cuando se inauguró el nuevo hospital y se olvidaron en el edificio antiguos fetos, pruebas de Rayos X y sanguíneas, historiales de enfermos... Es muy grave. Pensaba entonces, y sigo pensando hoy, que muchas cosas no se hicieron bien", explica.

"El vídeo, la repercusión generada, el acuerdo político sobre el asunto incluyendo una moción conjunta de todo el arco municipal y la investigación judicial iniciada, solo vienen a darme la razón en muchas cosas de las que decía entonces", subraya.

"No hay justificación alguna para que en el hospital viejo se dejasen restos humanos, muestras sanguíneas (que tres años más tarde suponen un riesgo para la salud pública) o historiales clínicos cargados de información sensible. Está claro que no solo se hizo mal tras el traslado, sino que no se ha hecho absolutamente nada en los tres años posteriores", continúa.

El antiguo hospital de La Línea. El antiguo hospital de La Línea.

El antiguo hospital de La Línea. / Jorge del Águila

"No es cuestión de quien gobernaba entonces o quien gobierna hoy en la Junta de Andalucía. Es cuestión de que cuando las cosas no se hacen bien, hay que reconocerlo y decirlo. Lo más triste es que muchos de los que tomaron aquellas decisiones en 2018 aún hoy siguen teniendo despacho y mando en plaza", lamenta el exresponsable del traslado, que lanza un deseo: "Solo espero que la justicia haga una buena investigación y depure las correspondientes responsabilidades penales si las hubiera, el hospital abra una información reservada y se depuren las correspondientes responsabilidades, que para mí y para muchos otros es indudable que las hay, y que la Junta de Andalucía limpie y cierre el hospital para evitar riesgos para la ciudadanía mientras se termina de aclarar el futuro del edificio, algo que, obviamente, también es más que necesario, sobre todo para los vecinos del barrio".

Licencia precipitada

La premura con la que se realizó la mudanza queda en evidencia con un dato: el SAS obtuvo la licencia de ocupación del nuevo hospital un día antes de la inauguración definitiva, en junio de 2018. Aun sin ese permiso, desde principios de mes funcionaban el laboratorio, la Unidad de Reproducción Asistida y de Extracciones, Otorrinolaringología, Pediatría, Urología, Ginecología y Neumología.

Ya en septiembre de 2017, casi ocho años después de que se colocara la primera piedra, se había puesto en marcha el servicio de Rehabilitación y Fisioterapia.

Eran días de largas reuniones de los responsables municipales con sus homólogos de la delegación territorial de Salud y del SAS para acelerar el proceso después innumerables retrasos. Uno de ellos ocurrió por un error en el diseño de la cocina, cuyo espacio previsto era de 360 metros cuadrados y debido a las necesidades del centro debía tener 597. Aunque el edificio fue recepcionado por la Junta de Andalucía en agosto de 2016, el SAS había tenido que licitar varias obras para adaptar distintos espacios. A la obra de la cocina se sumaron trabajos de adaptación del aparcamiento subterráneo, en la unidad de cuidados intensivos y en la base del 061.

El 23 de junio de 2018 el hospital se inauguró definitivamente. La entonces viceconsejera de Salud, María Isabel Baena, ensalzó la planificación del traslado para culminar el complejo proceso de puesta en marcha: "Desde septiembre, cuando se abrieron las primeras consultas hasta el último traslado, han tenido que poner encima de la mesa mucho esfuerzo para hacer posible este traslado de forma ordenada y con el objetivo de que la seguridad del paciente estuviera por delante de cada decisión".

En octubre de 2018, la concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de La Línea detectó la existencia de un servicio de cafetería habilitado en el Hospital de La Línea  abierto al público sin licencia de apertura ni proyecto presentado ante la entidad municipal. En una inspección, la cerró. En mayo de 2019 abrió tras una inversión de 400.000 euros, que asumió la empresa concesionaria del servicio.

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