Actos de fe
Crónicas de la prosperidad compartida
El Campo de Gibraltar necesita de hechos concretos frente a la incertidumbre, las promesas y la inacción de unos pocos
Conocedor de que se encontraba accesible en YouTube el contenido íntegro del X Congreso Frente al Contrabando de Tabaco que se celebró en el Palacio de Congresos de La Línea me equipé con armadura de pijama y pantuflas y una generosa ración de calentitas castañas que me permitieran tener garantías de que iba a ser capaz de llegar al final del visionado.
La práctica totalidad de los participantes concluía que el problema del contrabando, y su hermano mayor el tráfico de drogas, forman parte de los problemas que origina la colonia y que solucionar el contencioso pasa por afrontar ambos ilícitos, además de los otros muchos problemas que genera.
El alcalde Juan Franco informó de la íntima relación existente entre presupuestos municipales y número de residentes en la ciudad. Iluminaba sobre la infrafinanciación que suponían los residentes no regularizados, y la muerte financiera que para La Línea supondría superar los 75.000 habitantes, ya que el sistema de cómputo para la asignación presupuestaria varia con el número de habitantes, al tener en cuenta los impuestos que se pagaban, como el IVA; ya saben ustedes cómo se está de tieso en La Línea; y los Impuestos Especiales al alcohol, tabaco y combustibles, con ínfima incidencia en la localidad por adquirirse en Gibraltar, donde son más baratos. Esperemos que los que estén redactando el acuerdo en tinta invisible hayan visionado como yo este X Congreso.
En esas andaban cuando tomó la palabra la señora Esperanza Pérez, coordinadora de la Administración General del Estado (AGE) en esta comarca. Sinceramente, yo esperaba que saliera al envite del señor Franco con unas bonitas palabras huecas al estilo de: se va a mirar lo de los residentes para no perjudicar las arcas municipales y tal y cual. Tú sabes.
Inició su intervención señalando que recientemente se ha instaurado la idea de que el Gobierno va a dejar de lado a los trabajadores en el acuerdo fantasma. Señora mía, la teoría económica de la tostada untada por los dos lados ha sido desarrollada por la lúcida mente de la población campogibraltareña desde los anales de su historia. Seguro que el señor Alfonso Escuadra podrá indicarnos dónde se pueden encontrar referencias de ese concepto entre los legajos de documentos fundacionales de La Línea de la Concepción.
La táctica negociadora de la república de abogados consistió en dilatar las negociaciones para que el fallecimiento de los octogenarios trabajadores disminuyera el montante de las indemnizaciones
La guantá sin mano que terminó con mis castañas por el suelo vino cuando la señora Pérez solicitó un acto de fe en el buen hacer del Gobierno con respecto a los trabajadores. Tenga presente que quien dice lo que no debe, escucha lo que no quiere y se podía haber encontrado con quien respondiera a su petición de fe recordándole cómo en las últimas negociaciones que se produjeron relativas al pago de un resarcimiento a quienes trabajaron en Gibraltar con anterioridad al cierre de la Verja, la táctica negociadora de la república de abogados consistió en dilatar las negociaciones para que el fallecimiento de los octogenarios trabajadores disminuyera el montante de las indemnizaciones. Todo ello, ante la pasividad del Gobierno español.
No queda bien pedir esos actos de fe a los familiares de estos trabajadores, a muchos de los cuales no les habrá quedado otra alternativa que seguir subyugados al caciquismo del mercado laboral gibraltareño, al que el Gobierno español no combate, ni se espera que lo haga.
El tamaño de la población de la comarca campogibraltareña aún permite mantenerse al día de todo lo que en ella acontece por el módico precio de un café. Le recomendaría que siguiera los pasos del señor Franco y su práctica de Un café con el Alcalde para poder informar a las Administraciones del Estado de lo que acontece en esta comarca.
Así podrá informar sobre la poca implicación de las administraciones en todas aquellas causas que puedan perjudicar los intereses de Gibraltar, aunque ya sabemos de quién depende cada cual. Y podrá informar sobre quién va a remolque de Verdemar en la causa por los terrenos ganados al mar con piedra antequerana.
Tomará conocimiento sobre cómo, para poder ejercer la acusación popular, a Verdemar se le exigieron 10.000 euros, mientras en la causa por el incumplimiento del Código de Fronteras Schengen se personan como acusación popular los de la Gran Ciudad Común Schengen y se les pidió una fianza de dos cifras. Que me lo expliquen. Que expliquen cómo se piensa revertir la ganancia de terrenos en caso de que el procedimiento dé la razón a Verdemar, si se sigue consintiendo la exportación de piedras. ¿Cómo se solucionarán los problemas que se generarán en las playas de La Línea cuando todas las piedras estén sumergidas?
Más económico le saldrá enterarse de lo que está pasando en la Policía Nacional. Los agentes están con los ánimos caldeados y a nada que pregunte le dirán cómo han recibido órdenes de no pasar por algunas barriadas para no averiar los coches ante la ausencia de presupuesto con el que arreglarlos. O se enterará, como denuncian los sindicatos, de cómo se está sorteando la integridad física de los policías mediante la arbitraria asignación de chalecos antibalas , asignándoles papeletas para sufrir la mayor virulencia con la que el narco va a volver a la comarca.
Con cualquier miembro de las Fuerzas de Seguridad con el que hable se dará cuenta de que todos son sabedores de cómo los responsables de enviar a una muerte segura a los guardias civiles de Barbate no han asumido responsabilidad alguna con las bendiciones judiciales. Tomará conocimiento sobre cómo han recibido el mensaje de Gobierno y Judicatura, y se encomiendan a Dios para que no tengan que verse en el brete de que se les ordene ir hacia una muerte segura, o incumplir la vil orden y que su familia sufra las consecuencias en forma de detracción de sueldo por sanción disciplinarias. ¡Susto o muerte!
Podrá concluir a la Administración General del Estado que todo esto está pasando porque el grupo de observadores de migraciones de aves por el Estrecho se ha clavado los prismáticos en las cuencas oculares. Que la justicia, además, se ha dotado de unas equinas anteojeras que no le distraigan la mirada de los unicornios de bonitos colores que a través de sus prismáticos observan sobrevolar el Peñón, mientras los mandos policiales inmolan a sus hombres al estilo de Putin en el frente ucraniano.
Posibles cambios políticos podrían provocar la curiosa paradoja de que se ponga en evidencia a los convalecientes de ceguera selectiva aplicando legales controles a los coreanos del sur y restringiendo la exportación de piedra. Sería curioso ver las argumentaciones que se darían para explicar cómo puede ser legal una cosa y la contraria. Aunque a buen seguro que explicaciones no se darían ningunas. Parafraseando el guion de una conocida serie televisiva, en el sótano de sus desvergüenzas siempre quedara sitio para una planta más.
Habrá quien piense que esto sea algo que no va con él, seguramente porque no habrá caído en la tesitura de que esta situación es el caldo de cultivo para que esta comarca vuelva a convertirse en el Medellín de Pablo Escobar. Que la comarca vuelva a ser sinónimo de Estado fallido donde el delincuente campe a sus anchas. Que vuelvan las peligrosas huidas de vehículos cargados de productos agrícolas marroquíes, o colombianos, ajustes de cuentas o vuelcos aliñados de tiroteos con armas de guerra.
Tendremos que volver a educar a nuestros hijos que no pueden tomar ejemplo de ese compañero del colegio que tiene amplia solvencia económica con la que invitar a sus amigos y el último modelo de Iphone en la cruzada riñonera.
Antes de pedir un acto de fe en este tema tenga en cuenta que el ministro del Interior, a pesar de ser diputado por Cádiz, hace mucho tiempo que dejó de coger el teléfono de las llamadas que provengan de la comarca si no les precede el prefijo de Gibraltar. Seguramente sabedora del éxito del grupo de avistadores de aves se habrá provisto de los mismos prismáticos que usó el señor Marlaska cuando desde Europa Sur se le preguntó:
-¿Ha pedido Reino Unido a Interior que sus ciudadanos entren por la Verja sin cumplir los requisitos que se exigen a los de terceros países?
-Todo se hace en el marco estricto de la ley, es un principio inquebrantable.
-¿Pero existe esa petición? ¿Entran los británicos en España a través de Gibraltar con requisitos distintos?
-Todo se hace en el marco estricto de la legalidad, en cumplimiento de la ley.
Es vox populi cómo en todos los ámbitos de la política y la Administración hay algunos que vienen a desempeñar cargos al Campo de Gibraltar con el único fin de engordar sus currículos; venden haber estado en primera línea cuando no han salido de la comodidad del búnker desde donde solo han visto el frente en los mapas. Si sumamos las horas que durante toda su vida han pasado en el Campo de Gibraltar los laureados de Exteriores, comprobaremos cómo el resultado es menor al tiempo que pasó en Gibraltar Donald Trump Jr. Cuando han adquirido sus méritos se van sin volver la vista atrás, mientras aquí seguiremos pagando y sufriendo las consecuencias de sus inacciones.
Pedirnos actos de fe a la luz de lo expuesto es tomar por tontos a los campogibraltareños. La próxima vez que vaya a pedirnos actos de fe acuérdese de Lope de Vega por aquello de que obras son amores y no buenas razones.
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