Real Balompédica | Primera RFEF

Alejandro Castilla: de casta le viene al balono

  • El canterano es nieto del expresidente Paco Becerra y sobrino del exmeta albinegro Ángel Villar

  • "Me siento un privilegiado, es la recompensa a todo mi esfuerzo", dice el atacante

  • Tras debutar frente el Córdoba en Copa, el sábado fue convocado en San Fernando

Alejandro Castilla controla el esférico durante el Balona-Córdoba del pasado miércoles

Alejandro Castilla controla el esférico durante el Balona-Córdoba del pasado miércoles / Erasmo Fenoy

Alejandro Castilla Becerra estaba predestinado a jugar algún día en la Balona. Lo suyo es una cuestión de genes. Nació nieto de Paco Becerra, que asumió la presidencia de la Real Balompédica en momentos muy delicados de la historia de la entidad, y sobrino del exconcejal andalucista Ángel Villar, que formaba parte de la plantilla albinegra que en 1983 logró el ascenso en Éibar y que fue vicepresidente de Raffaele Pandalone en los primeros pasos de éste al frente del club. “Me siento un privilegiado” confiesa el atacante, que en su día estuvo a punto de divorciarse del fútbol y que ahora mira al futuro con más ilusión que nunca.

Alejandro Castilla vio la luz en La Línea hace de 21 años. Su formación académica arrancó con lo que todo el mundo conoce como el Grupo Playa (Colegio Inmaculada) y en el Instituto Mar Poniente. En el apartado deportivo se forjó en el Andalucía, el Balón Linense y el Atlético Zabal. Cuando inició sus estudios del Ciclo Superior de Deportes en El Puerto de Santa María vistió la camisola del Recreativo Portuense y a su regreso a casa comenzó a dar clases en el Club Natación San Roque.

Este extremo, reconvertido a ratos en delantero referencia, tomó parte, de forma testimonial eso sí, en el amistoso que los que entrena Antonio Ruiz Romerito disputaron en agosto en Marbella frente a la selección de Irak. Después de participar en un solo entrenamiento con la primera plantilla debutó con la Balona en Copa Federación frente al Córdoba. Después fue incluido por el técnico en la convocatoria para el esplazamiento a San Fernando en el duelo de la Primera RFEF que siguió desde el banquillo, sin tomar parte en él.

Castilla confiesa que el pasado miércoles, cuando accedió a los vestuarios antes del partido con los califales “estaba un poco nervioso”. “Lo que pasa que una vez en el campo pensé, o se me quitan los nervios o... me llegó la ocasión de gol, me metí más en el partido y me centré”.

Una oportunidad, cuando el marcador era de 1-2 (la Balompédica acabó perdiendo 1-3) que malogró el meta cordobesista Felipe Ramos y a la que el futbolista balono confiesa que estuvo “dándole vueltas toda la noche”.

“Tenía claro que si hubiese metido ese gol remontábamos el partido”, comenta. “Yo le hice el recorte al portero, vi que se fue al al suelo y pensé, ésta es la mía, la meto al palo largo y de repente vi una mano que me tapaba y... se me cerró el kiosko”.

“Yo soy más un futbolista de briega, de correr, de pelearlo todo y en ese memento quise recortar y seguramente debería haber tirado a la primera... en fin”, añade recordando lo que pudo ser su primer gol con la elástica albinegra.

Alejandro Castilla, como es lógico, prefiere quedarse con otros detalles de esa jornada inolvidable para él. “Estoy más que agradecido, porque para mí significó mucho”.

“Fue como una recompensa al tesón, porque yo en su momento, cuando me fui a estudiar fuera, pensé en dejar el fútbol, pero me faltaba algo y ahora he encontrado el premio”, desliza. “Además yo creo que hice un buen segundo tiempo y me fui a casa contento”, agrega con orgullo este integrante del filial de la Segunda Andaluza, especialmente crítico con la derrota que el domingo sufrió el ‘B’ a manos del Castellar.

“Los compañeros me felicitaron por la intensidad y bromearon con lo de que se me había caído el cierre en el mano a mano con el portero” recuerda. “El míster, personalmente no me dijo nada, pero sí que se dirigió a todo el equipo y nos agradeció la actitud a los más jóvenes”.

“No sé si tiene intención de seguir contando conmigo, pero trabajar no voy a dejar de trabajar y menos ahora que veo que hay oportunidades y que el esfuerzo tiene sus frutos”, se compromete para finalizar.

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