Real Balompédica - Selección de Irak | Pretemporada

Los cachorros de la Balona frenan a la selección de Irak (0-0)

  • La actuación de Djandi y los destellos de Alusine Koroma, lo mejor de los linenses

  • Óscar Arroyo tiene que ser relevado a la media hora tras sufrir un golpe de calor

  • Los albinegros acaban el partido con nueve canteranos y dos liberianos

Los canteranos de la Balona que participaron en el amistoso contra Irak posan para Europa Sur

Los canteranos de la Balona que participaron en el amistoso contra Irak posan para Europa Sur / RAG

La Real Balompédica Linense (Primera RFEF) saldó con mucho más que el aprobado el compromiso que supuso enfrentarse a la selección nacional de Irak (a la que le faltan algunas de sus piezas claves) apenas trece horas después de finalizar su amistoso del sábado con el CD El Ejido (2-1). Los albinegros, afrontaron el duelo, salvo alguna excepción, con un equipo de futuro (más a medida que avanzaba el choque) que se hizo presente en el Marbella Football Center y que se llevó un merecido y trabajado empate. Como todo amistoso que se precie, el duelo deja algún para la reflexión con nombres y apellidos.

El técnico albinegro, Antonio Ruiz Romerito, dio descanso a casi todos los que habían tomado parte durante un tiempo considerable en el compromiso de la noche anterior a excepción de Óscar Arroyo y Gerad Oliva, que precisan seguir acumulando minutos para alcanzar el ritmo que exige la inminente competición.

La temperatura -altísima a medida que avanzaba la mañana- le pasó factura al primero. El lateral sufrió un golpe de calor y apenas se rebasó la media hora de juego literalmente se desplomó sobre el césped. Afortunadamente todo quedó en eso, aunque tuvo que ser relevado por el recién llegado Jeremy Saygbe. El hecho tuvo una consecuencia curiosa y es que Arroyo portaba el brazalete de capitán y al ser relevado éste pasó al brazo de Borja López, que aún no ha disputado un solo partido oficial con el equipo de La Línea. Sucedió a pesar de que estaba el meta liberiano Williams, que cumple su segundo año en la entidad, en el rectángulo de juego. Y es que hay quien lleva galones casi por naturaleza, como demostró el central catalán, que no cesó de dar indicaciones a sus compañeros.

El técnico balono -que sale a sistema, sistema y media por amistoso- probó esta vez con un 1-4-1-4-1 en el que Bandaogo ejercía de pivote por delante de la defensa, con Jáuregui y Cham de escoltas y en los costados Dorrio y Alusine Koroma. Que Bandaogo está lejísimos, pero lejísimos, de ser el futbolista que se marchó al Betis B hace un año no admite debate. Lo que sí se puede discutir es si el de Burkina Faso está jugando con el freno de mano echado -igual hasta de manera insconciente- después de haber pasado por el quirófano y haberse perdido más de cinco meses de la campaña pasada.

En este primer periodo Irak sólo consiguió dos veces sorprender a la retaguardia de la Balona. Dos acciones que los atacantes concluyeron en el área y que fueron abortadas por el mencionado Williams, que completó una actuación más que aseada.

Con todo, dos nombres sobresalieron en la Balona. Por un lado el central guineano Jorge Djandi, que completó su mejor duelo con el primer equipo. Cometió un par de errores de esos que demuestran que aún debe seguir aprendiendo, pero dio un importante paso adelante. La otra firma la puso Alusine Koroma quien, a cuentagotas eso sí, dejó destellos que le señalan como un futbolista a tener en cuenta.

El segundo periodo, a pesar del carrusel de cambios, no ofreció un panorama muy diferente. Irak, cuyo mejor jugador fue Mohamed Qasim (Al-Shorta en la Premier League de su país), disfrutó de un par de claras ocasiones ya en el tramo final, un cabezazo de Saad Nastiq a la salida de un corner y un intento de chilena de Muhned, pero en ninguna de ellas el balón acabó entre los palos.

En esos últimos compases la Balompédica presentó un equipo en el que llegaron a coincidir nueve jugadores de la casa -algunos en edad cadete y juvenil- junto a dos liberianos, el meta Williams y al lateral derecho Jeremy Saygbe. Ni con eso perdió ni el orden ni el tono competitivo que acompañó a los linenses -que esta vez vistieron de celeste- durante los noventa minutos. Mereció la pena soportar el calor.

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