Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

El voto de La Línea

El 'Linexit' es una fórmula legal que ha puesto al municipio en los telediarios por motivos diferentes a los habituales

Sentado en la planta superior del Modelo, el café se le enfriaba a Juan Franco mientras garabateaba en una cuartilla su proyecto de ciudad. Pocos la conocen mejor que él. El bolígrafo trazaba sin pausa nuevos viales, viviendas, espacios de uso público y un estadio de fútbol para la Balona. También, "un asunto delicado", la demolición de una larga fila de construcciones ilegales. Cuando concluyó la explicación, miró su reloj: "Tenemos tiempo, mejor te lo enseño". A paso ligero y saludando por su nombre a cada vecino con el que se cruzaba, detalló durante el paseo sus planes de peatonalización, la reforma de la plaza de abastos, las obras en el teatro La Velada y la rehabilitación de la plaza de toros. "¿Cuántos concejales crees que sacaremos?", preguntó camino ya del Ayuntamiento. Quedaban aún varios meses para la celebración de las elecciones y, sin pensarlo mucho y con la lengua fuera, el periodista dijo que quince. "Eso es una locura", replicó el alcalde. Y tanto.

Hace siete días, La Línea 100x100 logró 21 concejales sobre 25 posibles, logrando un respaldo aplastante por parte de sus vecinos. Estos han apostado sobre seguro a la vista de lo actuado por el equipo municipal ahora en funciones durante los cuatro años anteriores: reducción del endeudamiento, pago a la totalidad de proveedores y puesta al día con los empleados municipales y con la Seguridad Social, entre otros muchos logros. A diferencia de lo ocurrido con anteriores equipos de gobierno en solitario de PSOE, PP o GIL, los linenses tienen no solo la sensación de que hay alguien que se preocupa por sus intereses sin esquilmar las arcas municipales, sino que saben que esas personas forman parte de su mismo entorno y comparten sus mismas inquietudes.

El resultado electoral de La Línea 100x100 lleva aparejada la recompensa de afrontar un mandato municipal cómodo en el plano interno, con una oposición que deberá hacérselo mirar, e ilusionante en el externo, con previsible mando en plaza tanto en la Mancomunidad de municipios como en la Diputación Provincial, gracias a una alianza con el PSOE que le puede abrir muchas otras puertas. Para los socialistas, la ventaja es que Juan Franco y los suyos no representan competencia alguna fuera del término municipal linense una vez frustrada una candidatura comarcal bajo unas siglas comunes de 100x100.

Los resultados también indican que los linenses avalan la iniciativa de su alcalde de declarar al municipio como ciudad autónoma, ante la indolencia reconocida del resto de administraciones y a fin de dotarse de medios para salir del agujero del paro, el abandono escolar, el narco y el contrabando. El Linexit no es una majaroná ni una apuesta hecha sin más, sino una fórmula prevista en la Constitución que, como poco, ha colocado ya a La Línea en los telediarios por motivos muy diferentes a los habituales.

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