En el convento de San Marcos en Florencia, se conserva la celda que habitó el famoso dominico Girolamo Savonarola, que en febrero de 1497 y tras realizar una de sus tenebrosas pláticas, incitó a los florentinos a quemar en público obras de arte profanas y libros prohibidos. Aquella infernal pira llamada de las vanidades, intimidó tanto a los paisanos que hasta el propio Botticelli, depositó en ella varios de sus cuadros. El escritor Tom Wolfe usó la potente imagen de la hoguera para escribir una novela del mismo nombre que luego fue llevada brillantemente al cine por Brian de Palma.

Pensaba en ello, con motivo de la fiesta cinematográfica de la entrega de los premios Goya, de la que les considero abundantemente informados por la gran atención que le han dedicado al evento, los medios de comunicación. La casualidad de que ese fin de semana, estuve alojado en Málaga en el mismo hotel donde se concentraban gran parte de los actores, actrices, directores y demás cómicos, me dio la oportunidad de observarlos de cerca y llevarme algunas decepciones. ¿Recuerdan ustedes la película de los apellidos vascos?. Había una secuencia en que la protagonista enfundada en un traje de gitana, lucía un espectacular trasero, derrière o como ustedes prefieran llamar al humilde culo. Aluciné cuando a la hora del desayun, me crucé con la artista y les puedo asegurar que es muy guapa, aún sin maquillaje, pero el miembro en cuestión, no llega ni a la décima parte del visto en pantalla. Sabía que hay piernas de alquiler, para las que no las tienen estilizadas, manos para la secuencia de concertistas de piano y dobles para las escenas peligrosas, pero un camelo como este, no lo hubieran consentido nunca ni Marilyn, ni Rita. Como hacía un tiempo de perros y llovía con saña, la cafetería y los espacios comunes del hotel, estaban repletos de tertulias cordiales con amigos y conocidos que no se deben ver con frecuencia, a tenor de los abrazos y palmadas en la espalda, con que se saludaban. Casi todas las caras me sonaban pero sus nombres, mis neuronas deben ir cascando a una velocidad enorme, no me venían a la cabeza. Me gustó la belleza serena de la ex ministra Ángeles González-Sinde, conversé unos momentos con Emilio Gutiérrez Caba, decir ese apellido es decir Teatro y me decepcionó la actitud de un "amiguete" en pantalla, al que vi huir cuando un fan le pidió un selfie. Y no veas el pedazo de hoguera que hubiera montado Savonarola con el numerito del culo de Buenafuente & Wife en el show televisivo.

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