Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

La comarca

Vivimos en un espacio privilegiado y estratégico que nos obliga a estar a la altura para aprovechar esa situación

Quien haya tenido la paciencia de hacer una lectura, aunque sea en diagonal, de los (escasos) programas electorales presentados hasta la fecha habrá podido comprobar la inexistencia de referencias a nuestra condición de ciudadanos campogibraltareños. Estamos ante unos comicios municipales y las propuestas que se esbozan tienen un lógico carácter local, pero eso no quita que se eche en falta una perspectiva más amplia, con un horizonte situado más allá de los límites territoriales de cada pueblo y ciudad. El día a día nos demuestra que el Campo de Gibraltar es un gran territorio en el que es frecuente que tengamos nuestra residencia en un municipio, trabajemos en otro y solamos hacer nuestras compras o vayamos a cenar a un tercero. Que se lo pregunten a los sufridores de la A-7 en las horas punta. Tenemos familia, amigos e intereses comunes desperdigados desde Tarifa hasta Tesorillo, de Jimena a Algeciras o La Línea y, aún así, carecemos de un proyecto compartido como comarca. La Mancomunidad de Municipios es, por naturaleza, un ente administrativo prestador de servicios públicos cuyo papel está subordinado al de los ayuntamientos que lo integran y su existencia no ha servido para dibujar una visión a largo plazo sobre lo que queremos y quizá podríamos ser y hacer. Una estrategia, en definitiva, en busca de denominadores comunes comarcales más allá de los gentilicios locales.

Muchas de las competencias y de los grandes presupuestos están en manos del Estado y de la Junta de Andalucía, aunque eso no nos impide fijar posiciones ante esas administraciones y plantear iniciativas como vecinos que somos. Un ejemplo lo tenemos en el arco formado por los cuatro municipios de la bahía de Algeciras, con una población de unas 230.000 personas unidas en una conurbación. ¿No merecería la pena abrir un debate sobre la movilidad en el transporte entre todos ellos? ¿Es sostenible un modelo basado primordialmente en el vehículo privado, en la circulación por una autovía a cuyos márgenes crecen grandes superficies comerciales y empresas -afortunadamente- con más afluencia de personas cada día? Podríamos a buen seguro definir también otras prioridades en los ámbitos medioambiental, cultural o turístico, entre otros.

Vivimos, además, en un espacio geográfico privilegiado y estratégico a escala mundial, lo cual no es ningún mérito para sacar pecho, sino que más bien nos obliga a estar a la altura para aprovechar esa situación mejor de lo que seguramente lo hacemos. Tener una voz uniforme (que no única) por encima de los intereses meramente localistas o partidistas puede ayudar a afrontar con más sosiego el Brexit o evitar agravios tan sangrantes como el olvido histórico en materia ferroviaria o de carreteras, con el eterno desdoble de la Algeciras-Tarifa-Vejer. Que se sepa, la unión hace la fuerza.

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