En estos tiempos, en los que lo urgente se impone a lo importante y en los que el mañana se ve atropellado por el ayer, desde distintos ámbitos empresariales se viene insistiendo en la necesidad de que el conjunto de las administraciones activen cuanto antes medidas destinadas a la reactivación económica. Entre las propuestas expresadas más nítidamente figuran las del presidente del Puerto de Algeciras, Gerardo Landaluce, cuyas reflexiones compartimos este domingo en Europa Sur en un extenso artículo, y las de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, presidida en la actualidad por Bernardo Velázquez -a la sazón, consejero delegado de Acerinox- y formada por las principales organizaciones patronales de los sectores de la automoción, el refino, el papel, la química, la farmacia, el cemento, la siderurgia, la alimentación y las bebidas. Todas esas empresas generan en España el 43% del PIB, el 90% de las exportaciones y el 30% del empleo, sumados sus efectos directos e indirectos, con el añadido de que se trata de puestos de trabajo de calidad en términos de salario, estabilidad y formación.

La Alianza, además de solicitar al Gobierno que apruebe medidas para una vuelta al trabajo segura y que diseñe una reapertura escalonada del comercio y del sector servicios, hace hincapié, en términos generales, en la necesidad de agilizar los trámites administrativos, en incentivar la inversión productiva tanto pública como privada, en un abaratamiento de los costes de la energía (basta mirar lo que ocurre en el entorno europeo), en la mejora de la financiación y en eliminar los cuellos de botella existentes en materia de transporte. No son varitas mágicas cuya puesta en marcha sea sencilla, pero todas las propuestas enumeradas están bien encaminadas y merecen ser tenidas en cuenta en el marco de lo que Pedro Sánchez ha llamado "la reconstrucción" de España o Juanma Moreno "la alianza" por Andalucía.

¿Por qué las empresas han dado ese paso? Sencillamente porque ni el Gobierno ni la oposición, pasados 43 días desde la declaración del estado de alarma, han presentado aún una hoja de ruta en materia económica. Es obvio que la prioridad debe estar en la atención sanitaria de los enfermos y en evitar que el virus se propague, pero se echa en falta que quienes ocupan los puestos de responsabilidad en las áreas económicas de los partidos y del Ejecutivo -mientras algunos de sus compañeros andan a la carrera como pollos sin cabeza- expongan los planes que tienen entre manos para el país una vez salgamos de la actual burbuja.

Posdata: Siempre será mejor contribuir a que los autónomos, las pymes y las grandes empresas vuelvan a coger velocidad de crucero y generen empleo a prometer rentas básicas (de imposible financiación) para quienes se han quedado en el paro.