Curvería

Nuestros banqueros deberían dar sus datos pidiendo perdón y avergonzados

Parece que la prensa es una curvería cíclica y que está condenada a repetir cada año las mismas noticias. Toca hablar de los beneficios de los bancos, aunque no sé si el porno está permitido en la prensa matinal. Alguna de esas empresas generadoras de riqueza (para ellas) bate récords de beneficios, en un año en el que la inflación nos depara una subida de un 25% en las cuotas mensuales de sus hipotecas.

Y yo entiendo las teorías, enfriar el consumo para evitar la espiral escaladora de precios. Ok. Pero cuando en una economía los beneficios no paran de crecer en las grandes empresas y para la mayor parte de la población, especialmente la juvenil, los sueldos no dan para vivir con dignidad: la teoría se vuelve crimen y su defensa indiferente una ideología, muy concreta. Todo es ideología, no lo olvide, quien se pretende aideológico es un neorreaccionario aunque pretenda lo contrario, o no sepa que lo es.

La intervención en la economía es tan constitucional como el liberalismo, de hecho nuestro marco legal está pensado para generar un equilibrio basado en el diálogo, el reconocimiento de la huelga supone la expresión del equilibrio entre capital y fuerza de trabajo, nuestro sistema es capitalista, parte de la inversión como motor de la economía, pero es también socialdemócrata porque no desprecia la fuerza de trabajo como origen real de la riqueza acumulada, ese capital que nombramos antes.

La crisis más que de números es de valores; nuestros banqueros deberían dar sus datos pidiendo perdón y avergonzados, porque además provienen de suprimir servicios a quines pagan y ponen su propiedades para que ellos saquen ese rendimiento. Un Gobierno de izquierdas de verdad, con la Ley en la mano, habría regulado los servicios que deben ofertar, y mientras el sueldo mínimo por trabajar no proporcione lo básico para vivir debería regular e intervenir para evitar la imposición de una parte sobre la otra, de lo contrario nuestra democracia se degrada convertida en un sistema de explotación puro y duro.

Hoy manda la propoganda, la mayor parte de la población es víctima de esta situación y, sin embargo, votará a partidos que la promueven o que, incluso, pretenden suprimir lo Público en favor del pago privado. Quizá estemos tomando esa curva infinita que nos lleva a los años 30. Quizá nos merezcamos la extinción.

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