No hay política. La clave de este muladar de ideologías actual consiste en que la política ha sido despreciada y sustituida por la gestión, eso que busca el mal llamado liberalismo. Damos por supuesto que en los grandes partidos europeos hay tradición y gente bienintencionadas, que representan determinados valores y que, no lo olvidemos, responsables son quienes los componen (salvo cuando se pudiere llegar a demostrar que tienen sólo una finalidad delictiva). ¿A quién sorprende el caso Koldo? Cualquiera que observe a los políticos sabe que o son psicópatas desconectados o estrategas del delito. ¿Por qué motivo, si no, ese afán de poder a cualquier precio? Se mueve mucho dinero, no diría fácil pero sí goloso y vinculado a éxitos que de ninguna otra manera llegarían. Mediocres. Pues claro que lo sabían todos, pues claro que de alguna manera u otra lo permitieron todas, pero ¿quién investiga a su propio jefe o a su propio partido? Sepulcros blanqueados es lo que son, escondiendo la tabidez más obscena. El ytúmás demuestra su ceguera y que la misma mierda son, tienen heces para que las repartan todos los parques eólicos de España. Pero no olvidemos, sí, que la política es el espejo en que se mira una sociedad repleta de dinero negro, vividores y un mundo empresarial donde el comisionismo y las inspecciones a posteriori favorecen un cutremundo de fórrese quien pueda cotidiano.

La crisis bancaria (pagada por los Estados) generó una visión crítica de la economía y las instituciones: vimos el timo de la especulación financiera (estampita), vimos los engranajes corruptos del bipartidismo y su Rey, el absurdo falangista de los regionalistas, la tropelía macrocapitalista de la UE, la privatización progresiva como desmontaje del Estado de Derecho, la Justicia podrida, la empresa productiva condenada, la Educación reducida a guardería, el medio ambiente a combustible, la Guerra enseñaba sus zarpas...

Surgieron partidos nuevos, representativos transversalmente para la autodefensa de los pagadores de tamaña debacle, el precariado se decía... pero el sistema, y no creo en conspiraciones porque al final sus dirigentes han sido sus dinamiteros peores, sintió la infección y sus glóbulos blancos fagocitaron en un tiempo alucinante este intento de política, convertida hoy en pústula pestilente de extrema derecha y preámbulo de guerra en vez de: regulación de la banca, control de los corruptos, limitación de las autonomías en favor de la equidad, revisión del europeísmo monetarista, recuperación de los Servicios Públicos, reforma de la Justicia y la Enseñanza, sostenibilidad frente a crecimiento sin fin... ¿Entiende ahora lo de todas sus mascarillas y lo que nos queda por ver? Del laberinto a los 30s; mientras votemos a partidos que en vez de negociar soluciones se arrojan excrementos mutuamente estaremos apoyando la destrucción de la socialdemocracia, el menos malo de los regímenes conocidos hasta ahora, salvo la riqueza extrema para la minoría que la tiene... ésos pasan de todo.

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