Adivínalo, adivínalo de qué pueblo soy…" Si eres algecireño seguro que has escuchado o tarareado alguna vez esta canción. Yo la aprendí en mi casa, cuando mi madre la canturreaba "por lo bajini" mientras preparaba la comida o quizás la escuché en las fiestas familiares de mi infancia, en aquellos años en que mi tío Jesuli intentaba equivocarnos de chiquillos con aquella antigua cumbia 'El Alacrán'. Entonces nos cantaba con su guitarra otras canciones con las que el 'Trío Juventud' formado por él, Ana María Espínola y Beatriz Calderón, hizo las delicias en los escenarios de la comarca. Las delicias de una generación que bailaba al son del picú y que no estrenaba ropa cada semana. Una generación que no usaba móviles, ni internet, ni tenía a su alcance el mundo entero en apenas un click.

Ese himno que pregonaba las virtudes de "este pueblo de Andalucía la baja" fue obra de Florencio Ruiz Lara, 'Flores el Gaditano'. Él se nos fue en estos días, pero dejó tras de sí su obra, su legado, su creatividad. Ha trascendido su música y eso es lo mejor que le puede suceder a un autor en su carrera; que ésta le sobreviva y se quede ligada a la memoria colectiva del pueblo, a su legado sonoro, como parte del repertorio musical de su historia. "El Sol la baña de cara, igualmente que la Luna…". Con Flores el Gaditano se va el último eslabón de una generación que supo decir "aquí estoy yo" en tiempos nada fáciles para el desarrollo de una vida cultural que -en la Algeciras de entonces- no debió ser color de rosa. Creó, imaginó y sintió a su manera, una manera muy prolífica; componiendo, interpretando, escribiendo, adorando su tierra y peleando por lo suyo y los suyos, con la elegancia de un caballero que nunca pierde las formas. "Qué bonita, que es mi niña". Y tanto que lo era. Todos le querían, pero sobre todo le respetaban. Casi consigue llegar a los cien años, de no ser porque su cuerpo no quiso alargarse en este mundo tanto como lo hizo su mente clara. No es espacio éste tan breve, para hacer una biografía de Flores, sino más bien para rendir tributo a toda una generación que contribuyó a hacer de este rincón de Andalucía un lugar mejor. Un lugar donde el arte se descalza y se viste de arena, de sal y de atardeceres limpios de poniente. Un lugar donde sus hijos miran al futuro con el tintero lleno de letras y poemas, de notas que regalar a este vértice al sur del sur que huele a mar. "En la calle Rocha nació mi pare, Virgen de la Palma, cañaverales" versionaría Alejandro Sanz, el hijo de Jesuli, décadas más tarde sobre la misma base musical. Sólo te diré que en el pueblo aquél, somos especiales… Sí, somos especiales. Flores el Gaditano, in memoriam".

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