En tránsito
Eduardo Jordá
Resurrección
Algeciras se viste esta semana de soniquete para recibir un año más el Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía. En plena novena edición, desfilan estos días por la ciudad flamencos de acá y allá para rendir culto a la memoria de Paco.
Conciertos, conferencias, el tradicional flashmob, exposiciones y clases magistrales vuelven a llenar la actividad cultural de Algeciras, que se refresca cuando la noche cae en un Parque María Cristina que muestra toda su belleza tras su reapertura.
Se trata de un encuentro que requiere una compleja organización y cuyo engranaje ha tenido una clara evolución desde que abriera su programación al poco de la desaparición del artista algecireño.
Me consta que hay en su puesta en escena grandes esfuerzos económicos y no pocas noches de desvelo para conseguir el mejor de los festivales en cada edición de su corta existencia. Pero, evaluando su posición en el panorama general del flamenco, aún necesita de un factor fundamental que refrende su proyección exterior. Y es la presencia del público internacional en el patio de butacas. Para que llegue a ser internacional no basta con que los artistas que se suben a las tablas tengan tal reconocimiento. Hace falta que el mundo mire a Algeciras, como la antorcha que mantiene viva la obra de Paco y aún no hemos encontrado la fórmula para hacerlo.
Hay quien considera que el público algecireño no profesa gran afición por el flamenco; algo analizable cuantitativamente en comparación con otros enclaves de la geografía flamenca, cierto. Pero, hay detalles que hablan por sí solos. Por ejemplo, las localidades del primer concierto que abre el festival (normalmente de un artista local) y que se reparten por invitaciones gratuitas, suelen agotarse en apenas veinticuatro horas. ¿Es entonces falta de afición? ¿Es falta de presupuesto o de costumbre pasar por taquilla? ¿Es falta de tradición? No lo sé.
Ojalá este año la implantación del abono para todos los conciertos sea un incentivo para que el Campo de Gibraltar se vuelque con el evento flamenco más grande del año en la comarca. Ojalá algún día este encuentro resuene tanto como otros que son capaces de atraer turismo, renombre y prosperidad a las ciudades donde se celebran, como los Festivales de Música y Danza del Generalife en Granada, el Festival de Jerez, la Bienal de Sevilla. Ojalá así sea pronto, por la memoria de Paco y por el bien de Algeciras.
Tenemos los mimbres y ahora nos queda saber qué hacer con ellos, para que por fin este encuentro sea internacionalmente reconocido. Mientras tanto, allí estaremos, los de siempre, disfrutando de nuestro arte y de nuestra Algeciras, bella. No falten.
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