En tránsito
Eduardo Jordá
Resurrección
Diafragma 2.8
Los últimos días han sido un reguero de personas con flores, ramos, detalles envueltos en papel, caras sonrientes, niños con dibujos dedicados. Este sábado, los que son más de última hora, con prisa y sin pausa, buscaban entre miles de colores y olores embriagadores ese presente para ofrecer este Domingo a ellas, que nos llevaron en su vientre. Las que en callado silencio siempre estuvieron ahí, a las duras y a las maduras. Su sombra alargada nos ampara y protege, en un vínculo que te marca el camino de la vida hasta el último momento. Como reza un proverbio judío: "Dios no podía estar en todos los sitios y por eso creo a las madres". Dando las gracias me quedo corto, me faltarían adjetivos para elogiar a las que nos lo dieron todo sin pedir nada a cambio. Nos regalaron la Vida. Existen lo superhéroes y son ellas, decía Mildred B. Vermont. Ser una madre a tiempo completo es uno de los trabajos mejor pagados, ya que el salario es puro amor. He dicho.
También te puede interesar
En tránsito
Eduardo Jordá
Resurrección
La esquina
José Aguilar
Que Sánchez mueva el culo
Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Política de proximidad
El balcón
Ignacio Martínez
La Constitución vale la pena
Lo último