Real Balompédica Linense

Ismael Chico vuelve a los terrenos de juego

Ismael Chico, en el Ciudad de La Línea con el Peñón de Gibraltar al fondo

Ismael Chico, en el Ciudad de La Línea con el Peñón de Gibraltar al fondo / Erasmo Fenoy

Ismael Flores Palomino [Ismael Chico] vuelve al fútbol. O mejor dicho a los terrenos de juego, porque del fútbol nunca se ha marchado. Con 39 años recién cumplidos el eterno capitán de la Real Balompédica Linense, el futbolista que más veces se enfundó la elástica albinegra en la ya extinta Segunda B está a la espera de que la Federación de Gibraltar (GFA por sus iniciales en inglés) dé el visto bueno a su tránsfer para calzarse otra vez los borceguíes y jugar un partido de competición. Lo hará -sea este mismo martes o dentro de unos días- en el Mons Calpe, al que se incorporó el pasado mes de octubre, entonces como segundo entrenador.

El 21 de mayo de 2019, entre lágrimas y aplausos, Ismael Chico anunciaba que dejaba su dilatada carrera como futbolista. Diecisiete años. Todos en la primera plantilla de la Balona. Había vivido un último curso complicado, en el que el entonces entrenador, Jordi Roger, le había ido relegando a un papel secundario. El propietario de la entidad, Raffaele Pandalone, le situó como director deportivo, un cargo que dejó el pasado verano, tras consumarse el descenso del equipo de La Línea a Segunda Federación. Se confesaba hastiado.

Pero el fútbol sigue habitando dentro de Ismael Chico. Y una vez encarriló su vida profesional lejos de los terrenos de juego, en octubre no dudó en subirse al proyecto del Mons Calpe de la Gibraltar Football League como segundo de su inseparable Juan Mari Sánchez, con el que había trabajado codo con codo en el proyecto de cantera de la Balompédica.

El de La Atunara, que siempre había mantenido un físico envidiable y que participaba en encuentros con los veteranos balonos, se vio obligado con frecuencia a meterse en los entrenamientos del Mons Calpe, porque, al no ser un equipo profesional, las ausencias en las sesiones preparatorias eran frecuentes.

Una cosa llevó a la otra y... su reaparición -cuatro años, siete meses y 15 días después de que jugase su último partido con la Balona, en Cartagena- está a la vuelta de la esquina. Tanto que, si no hay sorpresas se producirá este martes (21:00) en el Victoria Stadium, cuando su equipo (séptimo) se mida al Lynx (octavo) con el que está empatado a 13 puntos, a dos de las plazas que dan derecho a jugar la fase por el título.

“Fui entrenando poco a poco casi como uno más, me fui encontrando bien y primero Juan Mari y después el club me ofrecieron la oportunidad de volver a jugar, me lo pensé bien y después de comprobar que me cuadraban los horarios con el trabajo me dije... a jugar otra vez”. Así de sencillo explica el centrocampista -porque ya deja de ser excentrocampista- su decisión. “Me pica el gusanillo”.

"Al principio afronté con mucha ilusión la dirección deportiva, pero luego me arrepentí de haberme retirado"

“He echado mucho de menos los terrenos de juego”, insiste. “Desde el día que me retiré, que luego me arrepentí, siempre me he ido encontrando bien y muchas veces se me pasó por la cabeza”.

“Ahora se me ofrece la posibilidad, yo me veo capacitado para jugar en una liga como la de Gibraltar y he dado el paso adelante”, abunda.

“¿Qué por qué digo que me arrepentí de retirarme? Porque al final lo hice joven, con 35 años”, especifica. “Es verdad que en ese momento estaba un poco cansado, que aquella temporada acabó muy mal, con aquellas ocho derrotas... y estaba muy quemado. Raffaele Pandalone me ofreció la posibilidad de quedarme en el club como director deportivo y en aquel momento me pareció todo muy bien y lo hice muy ilusionado, pero en estos años me di cuenta de hasta qué punto se sufre fuera de los terrenos de juego”.

“No digo que no hubiese momentos buenos, como fue el del ascenso a Primera Federación, pero son muchos sinsabores y además cuando las cosas van mal desde fuera muy poco se puede aportar una vez el balón echa a rodar”, especifica.

Preguntado si este regreso a los rectángulos de juego podría abrir la puerta a una posible vuelta a la Balompédica, contesta: “Está claro que ya tengo una edad. Acabo de cumplir 39 años y aunque sé que hay futbolistas que llegan a eso jugando, yo llevo bastante tiempo parado. Es verdad que en los entrenamientos yo compito con la gente joven como uno más... pero en la Balona ya estamos hablando de una Segunda Federación, una categoría profesional... no lo sé”.

“¿Plantearmelo si me llamasen? Las cosas ahora son diferentes. Yo tengo mi trabajo y es a lo que me debo. En Gibraltar puedo compaginar porque mi horario laboral me lo permite, pero por ejemplo la Balona entrena por las mañanas y yo no podría”, abunda.

“Cualquiera que me conozca sabe que por la Balona estaría dispuesto a todo, pero volver a jugar lo veo súper complicado, sobre todo por mis obligaciones laborales”, recalca.

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