La soberanía de Gibraltar

Ni ahora ni tras 4 años se va a permitir policía española, para evitar la consolidación de los que ello significa

E L anuncio de acuerdo entre España y Reino Unido, para la inclusión de Gibraltar en territorio Schengen, deja varias impresiones antes de conocer el texto del mismo, curiosamente aún no publicado. Lo destacado con entusiasmo general, es la supresión física de la verja, que facilita la vida a los convecinos, especialmente a transfronterizos, y al comercio de todos. Ello nos ha de unir, aunque sin control, será patente de corso para esos supuestos residentes fiscales en Gibraltar, que duermen cada noche en el Campo. Asimismo, se habrá de disponer lo que proceda para que el libre tránsito no de lugar a la perpetuación del contrabando de tabaco, que tanta dependencia y mala imagen genera de nuestra comarca, en beneficio de la colonia. Si el estraperlo ha sido habitual con aduana, el paso franco solo es viable si el precio es similar a ambos lados, y ello depende de Gibraltar y de la necesaria armonización fiscal a concertar.

En lo político, observo como quien votó Brexit en aras de la recuperación del control de sus fronteras, ve desaparecer la de Gibraltar. Se puede percibir como pérdida británica y victoria española, aunque lo aprobado es copyright de Gibraltar, que prefiere ganar en lo práctico, obviando su eterna fidelidad a la Union Jack. Pero me temo que el derribo de la verja, es el comienzo de una fase aún más ambiciosa, la de poner en práctica la pretendida selfdetermination en esta transitoriedad, observando que el actual Gobierno español es el más accesible para ello en 307 años, alejándose a su vez de la postura británica por propia necesidad estratégica, dadas las circunstancias, y como seña de autonomía.

No menos reseñable es que el control fronterizo recaerá temporalmente en Frontex, bajo responsabilidad y dirección policial de España, según versión de Santa Cruz. Por su parte, The Convent niega con rotundidad la presencia policial, y uno se pregunta quien es menos fiel a la letra del acuerdo, que nadie publica (a día de hoy). En todo caso, durante 4 años la frontera no será competencia británica, y será el agente italiano o lituano de turno el que selle el pasaporte, lo que también parece una victoria de España, a la que se un otorga control soberano nunca tenido. Podemos entenderlo como el slippery slope llanito, porque la realidad de la convivencia es inevitable, pero como el acuerdo no se firma ad eternum, se está conduciendo a que la única salida viable tras su terminación, no sea volver al pasado, sino la alternativa de la independencia, y por ello apuesto que ni ahora ni tras 4 años, se va a permitir policía española, para evitar la consolidación de lo que ello significa. Veamos. Entonces Gibraltar si entenderá necesario discutir de soberanía. Pero no de la española, sino de la suya. Se lo habremos puesto en bandeja.

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