Era una de esas megaciudades distantes en el mapa, en las que es imposible no sentirse aturdido por momentos en mitad del bullicio. Una noche, al doblar una esquina, de la puerta de lo que parecía un bar comenzaron a salir sones de guitarra flamenca. La parada se hizo obligatoria. Se trataba de un cuchitril oscuro con una breve barra en forma de ele, al fondo de la cual rasgueaban las cuerdas un granaíno y un jerezano que acaban de actuar en un espectáculo y que en pocas horas iban a volar de regreso a España. Y allí seguían, entre risas y a lo suyo. En las paredes del local habían dejado su firma los artistas del cante y el baile que por allí habían pasado, todos grandes y magníficos, aunque lo que más llamaba la atención del local era una mesita situada en un rincón, vestida con un paño rojo e iluminada por una lamparita: sobre aquel altar, una foto de Paco de Lucía. Por lo demás pueden imaginar la alegre reacción del personal cuando aquellos despistados visitantes proclamaron con orgullo su procedencia algecireña.

Sirva la anécdota para subrayar una vez más la magnitud y trascendencia de la figura del maestro mucho más allá de nuestras fronteras y la perpejlidad que, intuimos, sienten muchas de las personas que visitan Algeciras al no poder encontrar en su ciudad natal un solo lugar donde poder conocer de cerca su figura y obra. La acertada iniciativa en comandita del alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, y del empresario José Luis Lara permitió poner en marcha el Encuentro Internacional de la Guitarra Paco de Lucía en 2014, tan solo unos meses después del fallecimiento del artista. En los años siguientes, el festival se ha consolidado entre los mejores de cada verano dada la calidad de su progranación, aunque Algeciras continúa siendo un páramo en todo lo que se refiere la difusión del legado del genio de la guitarra.

La apertura del futuro centro municipal dedicado a Paco de Lucía en las antiguas instalaciones de la Policía Local está llamada a cubrir ese déficit, aunque los retrasos acumulados están dejando en entredicho la gestión llevada a cabo desde el área de Cultura, con el riesgo de que se pierdan los 1,2 millones de euros consignados para sufragarlos a través de la Iniciativa Territorial Integrada (ITI). Las comparaciones son odiosas, pero nos sirven para tomar una medida de las cosas: el Ayuntamiento de San Fernando, que comenzó en paralelo al de Algeciras el proyecto del centro dedicado a Camarón de la Isla, espera tener operativas estas instalaciones dentro de dos meses.

Hay un retraso enorme que amenaza con ir a más porque, como ha desvelado Europa Sur, la adjudicación de la redacción del proyecto ha sido objeto de un recurso por vía contenciosa por el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectos y de alegaciones por los arquitectos cuyos diseños fueron desestimados, quienes apuntan a que el ganador del concurso estaba ya decidido de antemano.

No son noticias tranquilizadoras. El centro dedicado a Paco de Lucía es un proyecto de ciudad, clave tanto para rendir un tributo adecuado y permanente a su memoria como para dotar a Algeciras de una infraestructura cultural diferenciadora de la que peseen otros municipios, acorde además a su peso económico y poblacional. Las respuestas evasivas no son buenas compañeras para construir un proyecto compartido.