En el plan inicial no estaba prevista su presencia en Zaragoza el pasado viernes, en el acto de presentación de la llamada autopista ferroviaria que unirá esa ciudad y el Campo de Gibraltar, pero el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, quiso respaldar personalmente un proyecto que, con una inversión muy acotada de 100 millones de euros a cargo de la UE, vendrá a reforzar la posición estratégica del Puerto de Algeciras en el mapa del transporte de España. Muy en resumidas cuentas, el objetivo es que un elevado porcentaje de los contenedores que ahora salen y entran de nuestros muelles en camiones viajen a partir de 2023 en trenes preparados para transportar sus remolques, sin la cabeza tractora. Con ello, el puerto aumentará su intermodalidad, se ganará en agilidad -tanto en el punto de salida como de destino de la mercancía- y se evitará el impacto generado por la circulación por carretera de miles de vehículos pesados.

Para ello será necesario emplear vagones de suelo más bajo y elevar la altura de siete túneles en la vía férrea que une la comarca con la capital aragonesa, dos situados entre Algeciras y Madrid y los restantes cinco entre esta última y Zaragoza. Los convoyes pararán en las estaciones intermedias -Antequera, Córdoba, Madrid...- para descargar remolques e incorporar otros, favoreciendo así las economías de cada región y potenciando la vecindad entre ellas, incluyendo a la orilla africana del Estrecho, en viajes de ida y vuelta.

Así, los coches fabricados en las grandes factorías ubicadas en el entorno de Tánger seguirán entrando en España por ferris en camiones, cuyos remolques serán colocados en los trenes para seguir su ruta; llegados a la estación prevista, serán colocados en otros camiones hasta su destino final. A la inversa, la misma ruta y procedimiento seguirán los motores y las cajas de cambio que se fabrican Valladolid y Sevilla, respectivamente, camino de Marruecos.

Las grandes ventajas de este plan, que se incardina en la estrategia del Ramal Central ferroviario impulsado por José Ignacio y Gerardo Landaluce, son que las vías ya existen (en espera de la mejora inaplazable de la Algeciras-Bobadilla), que la inversión es ridícula en comparación con los proyectos ferroviarios que se ejecutan en Levante español y que las grandes empresas de logística y otras muchas apuestan por él, como quedó en evidencia con la asistencia de sus máximos responsables al acto en Zaragoza. Que Ábalos asuma como propia la iniciativa es, igualmente, una buena señal. Ojalá represente el primer paso de una mejor sintonía entre su departamento y estas tierras sureñas.