No soporto que, al describir el escenario de un aparatoso accidente, el redactor use la expresión “amasijo de hierro”. Ni que, cuando hay muertos, añada eso de “paisaje dantesco”. Ni que diga que “los bomberos tuvieron que excarcelar a las víctimas”, haciendo ese uso tan inapropiado de la jerga bomberil. Pero tal vez el peor y más repetido de los clichés baratos para narrar un suceso mortal es ese de que “los equipos sanitarios solo pudieron certificar su muerte”. No soporto ni eso ni cuando, acabando la información, añade el locutor que, de momento, “no se descarta ninguna hipótesis” o, peor aún, “no se descartan nuevas detenciones” o que (esta es ya de traca) “se vivieron algunos momentos de angustia y desesperación”. Tampoco soporto que un locutor televisivo añada que “las imágenes hablan por sí solas”.

No soporto esas nuevas expresiones cursis y redichas de “sede judicial” o “sede parlamentaria”; en primer lugar porque el sustantivo “sede” debe llevar un artículo delante y, en segundo lugar, porque esas sedes tienen nombres precisos y preciosos: juzgados, tribunales, audiencias, palacio de justicia o parlamento, congreso, cámara legislativa, cortes, hemiciclo…).

No soporto que escriba un profesional de la comunicación que un político tiene la intención de “poner en valor” determinado espacio o edificio (cuando va a adecentarlo, limpiarlo, restaurarlo o iluminarlo). No soporto que me cuenten que padre e hijo, por ejemplo, “se fundieron en un abrazo”. No soporto que, cuando alguien reconoce un error, me digan que “entonó el mea culpa”. No soporto que un asunto esté “de rabiosa actualidad”.

“Fuentes bien informadas” es la peor forma de empezar una noticia. “Íntegramente” no debería usarse para explicar cómo ha caído el gordo en una sola localidad, aunque casi peor es regocijarse con eso de que “el premio está muy repartido” o que “el gordo se hizo de rogar”. Pero lo verdaderamente insoportable, al hablar de millones de euros, es decir “la friolera cifra de ...”.

No soporto que se diga que un entierro familiar se celebró “en la más estricta intimidad” ni que fuese así “por expreso deseo de la familia”; pero todavía soporto menos que se lamente “tan irreparable pérdida”.

No soporto que se diga que había “máxima expectación” ante un encuentro de fútbol y, menos aun, que esa expectación se palpara en “los aledaños del estadio”. Ni que se diga que el partido no sea “apto para cardíacos”.

No soporto que un articulista cambie de asunto con “En otro orden de cosas”. Que un artículo lo haya redactado la IA. Que sea mío.

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