Algeciras CF

Algeciras, vamos a calmarnos

  • Los albirrojos necesitan firmar una tregua interna hasta mayo para rebajar el clima de tensión y centrarse en los siete partidos que quedan

Dos aficionados, al contraluz, en uno de los fondos del Nuevo Mirador.

Dos aficionados, al contraluz, en uno de los fondos del Nuevo Mirador. / Erasmo Fenoy

El Algeciras CF parece una bomba de relojería a punto de estallar. La crisis deportiva ha provocado una fractura entre afición, equipo y directiva, pero la temperatura se ha visto elevada esta semana con el choque dialéctico entre uno de los símbolos del vestuario y parte de la grada. Los nervios están a flor de piel y la frustración en unos y otros nubla a veces el buen juicio. Quizás puede que haya llegado el momento de enterrar el hacha de guerra hasta mayo, ver qué ocurre en las últimas siete jornadas de competición y evitar que la situación reviente antes de tiempo y deje el Nuevo Mirador como un solar. Quizás sea un buen instante para que todos se calmen y solo piensen en el partido del domingo.

El algecirismo apenas ha hablado del encuentro que se avecina con el Puente Genil (18:00). Entre la convulsa situación del equipo albirrojo y la visita el pasado lunes de la selección nacional sub-21, las tertulias no han contemplado que la liga sigue en el grupo X de Tercera división. La confrontación se ha apoderado de buena parte de los aficionados y casi nadie ve factible que el Algeciras pueda remontar los seis puntos que le separan del cuarto a falta de 21 por jugarse.

La decepción existe y ya se ha cobrado una víctima con la renuncia de Miguel Ángel García como director deportivo, pero en el algecirismo hay quien entiende que lo más sensato ahora es sofocar el incendio, no alimentarlo con más leña.

Entre la crisis deportiva y la visita de la sub-21 apenas se ha hablado del duelo con el Puente Genil

El exceso de tensión solo puede llevar a un escenario peor que el actual, a que alguien meta la pata el domingo en el Nuevo Mirador o algún albirrojo diga algo que verdaderamente no piensa. Firmar una tregua puede ser la solución para un conjunto atenazado que no da pie con bola. La presión por ganar sí o sí ha aplastado a la plantilla y colocar más peso encima se antoja inservible. Ya habrá tiempo después para depurar responsabilidades y analizar en qué ha fallado el proyecto de una directiva que defiende su gestión.

Como apuntó en base a su experiencia el excapitán Adrián Máiquez, puede que haya llegado el momento de afrontar lo que queda sin miras, sin más objetivo que sumar los tres puntos en juego, sin mirar a los rivales ni a los clasificación.

El Algeciras va a seguir adelante a partir de junio –al menos, es la firme intención de la junta directiva–, esté en Tercera o en otra categoría, esté Fajardo o cualquier otro técnico, esté esta plantilla o una nueva entera. Lo que ocurra en estos siete partidos ya queda en manos de los que están.

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