De la borrasca Elsa al Ciudad de La Línea

Real Balompédica Linense

La caída de una torreta de luz artificial en diciembre de 2019 alertó de que el vetusto Municipal no aguantaba más: cinco años después la ciudad y la Balona disfrutan de un coqueto escenario

La torreta derribada en 2019 por la borrasca Elsa
La torreta derribada en 2019 por la borrasca Elsa / RAG

La Línea/Cinco años pueden antojarse un periodo corto de tiempo. Pero a veces es más que suficiente para cambiar la realidad de una institución. El 20 de diciembre de 2019, la borrasca Elsa hizo caer una de las torretas de luz artificial del estadio Municipal de La Línea. Aquel suceso puso de manifiesto que el vetusto recinto deportivo, que había sido inaugurado en 1969 con un España-Finlandia y que ya había sido restañado en alguna ocasión, no aguantaba más. Cinco años más tarde la Real Balompédica Linense afronta sus encuentros en el coqueto Ciudad de La Línea, que hace bueno todo el trabajo y el sufrimiento que Ayuntamiento, club y aficionados han tenido que pasar durante ese periodo. Es, sin lugar a debate, uno de los grandes éxitos del equipo de gobierno de La Línea 100x100 -con un balono confeso como Juan Franco a la cabeza- desde que estrenó su primer mandato.

Era la madrugada del 20 de diciembre de 2020. “La Borrasca Elsa ya se deja sentir en el Campo de Gibraltar. Los fortísimos vientos que se han sentido durante la noche en la comarca han derribado una de las torretas de luz artificial del estadio Municipal de La Línea. Afortunadamente a la hora en que se produjo el hecho las dependencias estaban vacías y no se han registrado daños personales”, explicaba Europa Sur.

“La torre que soportada el alumbrado, situada en el fondo más cercano al Peñón, se rompió en dos mitades y mientras una de ellas cayó sobre la pista en la que suelen entrenar los atletas locales de todas las edades, la otra parte cayó hacia atrás”, añadía.

La torre derribada por la borrasca Elsa, vista desde el exterior
La torre derribada por la borrasca Elsa, vista desde el exterior / RAG

Apenas pasaron unas horas cuando el Consistorio anunció mediante una nota de prensa que las otras tres torres que soportaban la iluminación artificial serían derribadas para evitar males mayores. Lo comenzó a hacer el 26 de aquel mismo mes. El Municipal, como tal. ya no albergaría más partidos en horario nocturno.

La realidad es que el estadio había empezado a avisar de que su delicado estado de salud mucho antes: el 17 de septiembre de 2018 un informe elaborado por los técnicos municipales obligaba a clausurar toda la parte alta de la grada de Tribuna.

“El alcalde de La Línea, Juan Franco, ha notificado esta mañana al presidente de la Real Balompédica, Raffaele Pandalone, que ha tenido acceso a un informe técnico que obliga a dejar de utilizar la parte cubierta de la grada de Tribuna del estadio Municipal, en el que disputa sus encuentros el conjunto albinegro. La conclusión de dicho informe es que la visera del estadio debe ser molida. El club baraja colocar gradas supletorias en la parte baja de esa grada, mientras que el Consistorio agiliza los trabajos para restañar la zona de Preferencia que ayer apareció acotada, de manera que pueda ser utilizada en su totalidad”, se leía en este periódico.

“Los técnicos municipales de La Línea están finalizando un informe que hace hincapié en el peligro de desprendimientos de la visera del Municipal, por lo que desde hoy mismo está prohibido el acceso a esa zona del recinto deportivo, desde la siguen los partidos de la Balona la mayor parte de los aficionados que acuden a Tribuna”, ampliaba la información.

Comenzó entonces una travesía en el desierto que ahora, a golpe de memoria, no parece tan extensa. Pero que proporcionó una interminable lista de piedras en el camino para la Balona, que sufrió especialmente, todo hay que decirlo, el empresario romano Raffaele Pandalone, que entonces era primero el presidente y más tarde el máximo accionista del club, y que también sufrió las consecuencias deportivas (y económicas) del Covid-19.

Las gradas supletorias, en la zona baja de la antigua Tribuna del Municipal
Las gradas supletorias, en la zona baja de la antigua Tribuna del Municipal

Atrás quedan las incómodas gradas supletorias en la zona baja de la antigua Tribuna, los partidos que sólo podían seguirse desde la Preferencia o las continuas súplicas a la Federación Española que, a sabiendas de que la instalación carecía de luz artificial, se empeñaba en fijar el arranque de los partidos a última hora de la tarde mientras el conjunto albinegro militaba en la Primera Federación.

El 30 de mayo de 2020, en lo que ya suponía todo un presagio, aunque entonces no fue entendido como tal, el Ayuntamiento anunció que no realizaría "inversiones en el estadio Municipal en los próximos meses, lo que se traduce en que no acometerá la reconstrucción del voladizo de Tribuna ni instalará un nuevo sistema de iluminación artificial. El Consistorio ya baraja la posibilidad de alquilar equipos exprofeso en el caso de que la Real Balompédica Linense alcance una eliminatoria relevante en la próxima edición de la Copa del Rey, para la que está clasificada".

No hubo que esperar mucho para comprender el porqué de aquella medida. Después de coquetear con una inyección económica de la Diputación que finalmente -y no sin cierta polémica- fue empleada para otros fines, el 29 de diciembre de 2021, poco antes de las siete de la tarde, Europa Sur desveló: “El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía autorizó este martes 28 de diciembre la concesión “de una subvención excepcional"por importe de 5.950.000 euros al Ayuntamiento de  La Línea “para la financiación de la obra de rehabilitación del campo de fútbol Municipal”, según se especifica en el orden del día de la reunión”. El presupuesto final se elevó a  7.927.854 euros, 703.040,68 más de lo previsto inicialmente

Las obras, ya sin fondos, y con los soportes para la iluminación artificial a medio hacer
Las obras, ya sin fondos, y con los soportes para la iluminación artificial a medio hacer

Arrancaron los derribos, por unos fondos que era casi imposible saber cuánto tiempo llevaban clausurados. Y en junio de 2022 empezó a caer, no sin algún contratiempo, la vieja Tribuna que había presenciado tanto y tan buen fútbol en su más de medio siglo de existencia, incluidos los añorados trofeos Ciudad de La Línea. La misma que ya estuvo cerrada al comienzo de la campaña 1990-91 por culpa de la aluminosis, lo que forzó a la Balompédica a jugar un partido en el entonces denominado Anexo A (a la espalda de las dependencias actuales del Patronato Municipal de Deportes), cuyo piso era de albero.

Cuando ya había sido (casi) terminada, el junio de 2023 empezaba a desaparecer la Preferencia. “Transeúntes ocasionales, deportistas matutinos... han sido este martes los afortunados últimos testigos de como seguía en pie la Preferencia del viejo estadio Municipal de La Línea. Un grupo de linenses-balonos (que para el caso igual) han contemplado en torno a las once de la mañana como la demoledora piqueta empezaba a derribar el último vestigio del aquel recinto levantado en 1969. De ese escenario en el que la historia recogerá que el 20 de mayo de 2023, 2.038 hinchas de la Real Balompédica Linense que aún desconocían el desenlace de la temporada celebraron como despedida un triunfo, estéril a la postre, de los albinegros sobre el Rayo Majadahonda. Un gol de cabeza de Borja López será el último que se haya podido celebrar desde esa parte del recinto”, narraba este diario.

El nuevo estadio Ciudad de La Línea
El nuevo estadio Ciudad de La Línea

El pasado 15 de noviembre de 2024 un deslucido (en todos los aspectos) amistoso entre las selecciones sub-21 de España e Inglaterra suponía la inauguración oficial de un estadio del que los balonos llevaban ya disfrutando muchos meses. Era el punto y final de un recorrido que se inició en 2018, pero que en las horas previas a la Navidad de 2019 vivió su punto de inflexión.

Lo mejor de todo es que esta historia aún no ha terminado. La explotación de los locales que existen en la parte baja de Preferencia -una vez esté terminada la zona de aparcamiento anexa- supondrá en un futuro a corto plazo un motor económico para todo el litorial de Levante. Con todo lo que eso conlleva.

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