CF Talavera - Real Balompédica | La crónica

La Balona sale del descenso (0-0)

  • Los albinegros suman un empate en Talavera en el partido más gris de la 'era Escobar'

  • Los linenses, con lagunas de intensidad y falta de fútbol, dejan pasar la oportunidad de dar un golpe en la mesa

  • Masllorens entra en el once, pero acusa la falta de minutos

Yassin Fekir cuerpea con un adversario en el Talavera Balona

Yassin Fekir cuerpea con un adversario en el Talavera Balona / Adrián Fernández (Talavera)

La Real Balompédica suma un puntito en su visita a Talavera. Un puntito que se antoja un puntazo si lo que se valora es que le permite abandonar la plazas de descenso del grupo I de la Primera Federación, aunque sea por mor de la diferencia de goles. Un resultado que puede parecer escaso por la situación clasificatoria -y el nivel- ofrecido por el rival, pero que ni mucho menos es injusto (más bien todo lo contrario) a tenor de lo visto en el césped de El Prado en un duelo que no da precisamente para pedir un bis.

La Balona ofreció en suelo toledano, posiblemente, su peor versión desde la llegada de Rafa Escobar al banquillo. Su fútbol apenas tuvo continuidad -si acaso algún chispazo aislado- y evidenció lagunas en cuanto a la intensidad en determinados momentos de la contienda. El punto vale, porque sirve para lo que sirve, pero deja un regusto frustrante, por cuanto queda la sensación de que los de La Línea dejaron pasar la oportunidad de encaramarse a la mitad de la tabla. Igual este equipo es víctima de sus recientes éxitos y se le está empezando a pedir demasiado. O al menos, con demasiada frecuencia.

Otra vez tuvo que vestir la Balona de amarillo y otra vez el resultado no fue el deseado. Es verdad que todo lo que sea no perder y dejar el marco a cero (después de dos jornadas sin lograrlo) supone hacer camino, sobre todo cuando implica abandonar la siempre desagradable zona de descenso. Pero los 90 minutos en El Prado -donde los linenses siguen sin perder con el actual CF Talavera- debieron dar para más al conjunto linense, que apenas se dejó ver en ataque. No fue tanto una cuestión de falta de ambición -que no lo pareció- sino de argumentos.

El técnico balono sorprendió colocando a Masllorens en el eje de la medular en lugar de Antonio Romero. El hispano-colombiano acusó la falta de minutos y no completó precisamente su mejor partido. Con todo el equipo visitante salió enchufado y el primer disparo fue de Álex Guti que se marchó alto (81'). El de Algeciras se reivindica con trabajo en cada titularidad, como lo hizo otra vez Nacho Heras con su trabajo, si bien con escasísimo protagonismo en el juego.

Poco a poco la Balona se fue diluyendo, apagándose. Como si se estuviese aburriendo. Era incapaz de mantener el esférico. El partido se fue al centro del campo, a ver quién podía más. Y podía más el conjunto talaverano, que le puso más intensidad, más calor. De hecho un despiste de la zaga provocó una perdida que obligó a Alberto Varo a salir de su área (21'). Tres después Álvaro Juan, de largo el futbolista más dinámico de los cerámicos, se fue de cuantos le salieron al paso y estrelló el disparo en el larguero. Sin lugar a debate, la ocasión más clara del partido.

La Balompédica no acabó de encontrarse hasta el descanso. Y en el 34' concedió otra vez en un balón parado, pero el cabezazo de Escudero se topó con el portero balono, bien ubicado.

Un lanzamiento de Toni García de falta y una media rosca muy bien intencionada del local Souleyman pusieron punto final a un primer tiempo para satisfacción de una Balona que se había descentrado con el paso de los minutos.

El míster dio entrada a Alhassan Koroma y Perdomo tras el intermedio y su escuadra ganó en frescura, pero fue un espejismo. Muy fugaz. El partido se volvió rancio. De esos que o acaban en empate o se resuelven en una jugada aislada, pero que dejan poco en la retina. Y, para qué engañarse, ni unos ni otros le hacían demasiado asco a las tablas.

Hasta la media hora el conjunto blanquiazul era el que dejaba más acciones (aisladas) de peligro. Sobre todo un lanzamiento de Escudero desde la frontal que si no llega a rozar en un defensa llevaba muy malas intenciones.

En el tramo final Omar Perdomo por dos veces y Borja López tras un paso atrás de Connor Ruane tuvieron en su mano desnivelar la balanza, pero parecía que estaba escrito que el duelo se iba al 0-0. Los cambios en el 89 del técnico local, Pedro Díaz, y las broncas del público local a Alberto Varo cuando ralentizaba los últimos saques de puerta en el tramo final eran la prueba del algodón de que era uno de esos partidos en los que nadie quería perder. Así que nada, todos contentos. O casi.

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