OBSERVATORIO DE LA TROCHA – NUESTROS TOPÓNIMOS

El verdadero origen del nombre de Algeciras (y IV)

El español Augusto Ferrer Dalmau, considerado como el mejor artista internacional sobre temas militares, realizo su versión de la batalla naval de Algeciras.

El español Augusto Ferrer Dalmau, considerado como el mejor artista internacional sobre temas militares, realizo su versión de la batalla naval de Algeciras.

En anteriores entregas estábamos de acuerdo con la tradicional explicación en cuanto al origen del nombre de Algeciras, que efectivamente procede del Árabe al-Yazirat al-Hadra (la isla verde), pero dudábamos de que su origen fuera la contemporánea Isla Verde, situada frente a la actual Villa Vieja y hoy desaparecida por los rellenos del puerto.

Hemos comprobado cómo se desconoce tanto la morfología como el nombre del citado accidente geográfico en la antigüedad y que su primera denominación conocida era la de Humm-Hakim, ya en época islámica, por una mujer que acompañaba al conquistador Tarik y que, según algunas fuentes, se quedó un tiempo protegida con una guardia en esta isla mientras el caudillo musulman realizaba su rapidísima conquista de gran parte de España. Más adelante, los cristianos se referían al lugar simplemente como isla de Algeciras, o Isla que está en la mar, que se llamó en la edad moderna Isla de las Palomas, con algunas variantes.

Es un hecho probado que a partir exactamente de 1786 aparece por primera vez en la documentación gráfica el término Isla Verde y que ello se debió a la cartografía hidrográfica generada por el brigadier Tofiño, que ante la proliferación de topónimos iguales o parecidos en la zona del Estrecho (Islas de las Palomas en Tarifa y Algeciras, Punta Paloma e islote de las Palomas en Punta Carnero), para evitar confusiones que podían crear problemas, “bautizó” en sus excelentes cartas de navegación o planos hidrográficos a la famosa isla frente a Algeciras como Isla Verde. Ese topónimo pudo deberse a una deducción erudita basada en la etimología de Algeciras: al-Yazirat al Hadra

Pero a finales del siglo XVIII ese nombre empieza a alternarse con el de Isla Verde, que acaba sustituyendo por completo al anterior.

Si queda probado que la actual Isla Verde (o sus restos emergentes en los rellenos del puerto) no es el origen del topónimo “Algeciras” cabe preguntarse a que se debe en realidad. Ante nosotros surgen varios intentos de explicación:

1) Los invasores arabo-bereberes que atravesaron el Estrecho sabían que su destino era una “yazira”, (isla o península en árabe) la Península Ibérica, y el puerto de contacto con África, con su pequeña población, a corto plazo recibió ese nombre. “La estructura peninsular es tan evidente que el primer nombre con que se designa la zona de cabeza de puente por los invasores es al-Yazirat, término que se ha conservado en el topónimo Algeciras”. Pero según algunas fuentes, los invasores arabo-bereberes del siglo VIII ya distinguían claramente entre la peninsula y los accidentes geográficos situados ante ella.

2) El topónimo es reflejo de considerar la zona en que se asienta Algeciras como una isla de verdor por contraste con el territorio circundante. Efectivamente, la comarca del Campo de Gibraltar es una excepción en el clima general de Andalucía, por su elevado índice de humedad y pluviosidad, que ha producido una flora excepcional, principal motivo de la creación del Parque de los Alcornocales. Portillo, como vimos, es de esa, opinión, documentada, según él, en el Arzobispo Jiménez de Rada: “…viéndola en sitio tan ameno y agradable, la llamaron Algecira, que significa tierra verde y deleitosa.” O sea, la Isla Verde seria la comarca natural del Campo de Gibraltar.

Consideramos excesivamente esteticista y poco práctica esta propuesta.

En este romántico grabado del siglo XIX se representa un claro de luna o un amanecer sobre la escuadra española fondeada junto a la Isla Verde y que transporto al ejército expedicionario durante la guerra de Africa de 1859-60. En este romántico grabado del siglo XIX se representa un claro de luna o un amanecer sobre la escuadra española fondeada junto a la Isla Verde y que transporto al ejército expedicionario durante la guerra de Africa de 1859-60.

En este romántico grabado del siglo XIX se representa un claro de luna o un amanecer sobre la escuadra española fondeada junto a la Isla Verde y que transporto al ejército expedicionario durante la guerra de Africa de 1859-60.

3) La isla o península (recordemos siempre que en el árabe de la época una sola palabra designaba ambos tipos de accidente geográfico) poblada de vegetación sería Gibraltar, no solamente situada frente a Algeciras, sino que posiblemente, según los últimos estudios geológicos, pudo ser una isla hasta el siglo X. Es incuestionable el verdor de las laderas del Peñón, más acentuado en el siglo VIII que en la actualidad, más anulado por la fuerte presión antrópica sufrida por el peñón. Este singular accidente geográfico visto desde la actual Algeciras compone con el resto de la bahía una escenografía espectacular, suficiente para convertir el Peñón en icono representativo de la comarca, que en el siglo VIII, según los partidarios de esta interpretación, fue denominada Isla Verde y que frente a ella, en la actual Algeciras, prosperó una primera población musulmana, única no solo en el ámbito de la bahía, sino en una gran extensión de costa, adoptando de forma natural el nombre de la comarca.

¿Por qué no hubo un establecimiento musulmán directamente en Gibraltar? Las causas son varias, como la seguridad. Tras la conquista, el control omeya del Mediterráneo occidental hizo innecesario por el momento el establecimiento de una población que buscara las indudables (y prácticamente únicas) ventajas militares del Peñón. Cuando esto se hizo, fue en épocas más inseguras. Hasta entonces, la pobreza agrícola del lugar, en contraste con las tierras de la bahía, dificultaba el autoabastecimiento de la población, mientras que la posibilidad de que el Peñón fuera una isla en el siglo VIII agudizaba las malas comunicaciones con tierra firme. Muy importante es que Gibraltar ha sido un mediocre e incluso peligroso fondeadero natural, a diferencia de las posibilidades portuarias del paleo-estuario del río de la Miel, ideal para el comercio y la comunicación con África.

Vemos muy difícil que una población que se volvió muy dinámica en el siglo VIII, por muy olvidado que tuviera su antiguo nombre (Julia Traducta) no tuviera ningún rasgo personal significativo y para su denominación tuviera que recurrir al otro lado de la bahía…

4) Según el arabista Joaquín Vallvé, los cronistas árabes adoptaron y modificaron los topónimos antiguos de la bahía de Cádiz y los aplicaron a la bahía de Algeciras.

Esto resulta tan poco convincente como las afirmaciones, ya desacreditadas, de este autor, sobre que la invasión se realizó por las costas de Murcia (Vallvé, 1989) creando una leyenda histórica insostenible, ampliamente rebatida por el arabista Pedro Chalmeta, entre otros especialistas.

En la desembocadura del rio Palmones aparece la tipología de accidentes que tambien existirían en la desembocadura del rio de la Miel: bifurcación de brazos, esteros, cachones, salinas, pantanos, flechas, dunas, etc. En la desembocadura del rio Palmones aparece la tipología de accidentes que tambien existirían en la desembocadura del rio de la Miel: bifurcación de brazos, esteros, cachones, salinas, pantanos, flechas, dunas, etc.

En la desembocadura del rio Palmones aparece la tipología de accidentes que tambien existirían en la desembocadura del rio de la Miel: bifurcación de brazos, esteros, cachones, salinas, pantanos, flechas, dunas, etc.

5) La isla o peninsula verde seria la plataforma de la actual Villa Vieja. El estudio de la paleo-bahía de Algeciras puso de manifiesto la existencia de una ensenada hoy colmatada por sedimentación en la actual zona baja de la ciudad, cercana al puerto, de la cual se ha encontrado evidencia en diversas excavaciones y estudios. Recientes trabajos han intentado considerar la vaguada del arroyo de Cotarro, al sur del Hotel Cristina, como un pequeño entrante de la bahía, completamente colmatado, que en unión de la reconstrucción de la paleo-línea de costa alrededor de la plataforma de la actual Villa Vieja, permitiría delimitar una auténtica ‘península’ entre la bahía y el estuario del río. Esto es apreciable en un plano provisto de curvas de nivel, y si este accidente estaba cubierto de vegetación, como hoy lo está en gran parte la plataforma de la villa vieja actual, allí tenemos esa al Yazira al- Hadra, que, como tanto hemos repetido, significa Isla Verde o Península Verde. Esta era la opinión de José Soto Chica y Ana María Berenjeno.

Pero la depresión de la actual “Huerta del Carmen”, situada al sur del Hotel Cristina, tenía muy poca entidad y aunque hace siglos se formara allí un entrante de la Bahía, este no sería suficiente para considerar la plataforma de la actual Villa Vieja como una península, y ni siquiera como un espacio entre ríos.

6) El topónimo al-Yazira al-Hadra, del mismo modo que al-Yazira al-Andalus, podría estar en relación con mitos y tradiciones muy antiguos del mundo islámico. Convendría revisar todo lo referente al enigmático personaje al-Jidr (el hombre verde), y otras leyendas del mundo preislámico, situadas por la tradición musulmana de oriente… en la misma Algeciras.

A modo de conclusión insistimos en la vía de los trabajos paleo-topográficos, todavía muy incipientes pero que van delimitando en la desembocadura del antiguo río de la Miel un estuario ya colmatado en el siglo XIV, si nos basamos en la extensión del recinto amurallado medieval. Sería muy semejante, aunque de menor entidad, a la actual desembocadura del río Palmones se rellenó con los sedimentos aportados por el río de la miel según el conocido proceso de erosión, transporte y sedimentación. En las desembocaduras, esos materiales “blandos” sufren a un tiempo la dinámica tanto fluvial como marítima y en su geomorfología se pueden presentar elementos muy variados, como bancos y “flechas” de arena, esteros, brazos, cachones, humedales, penínsulas e islas.

En cuanto a la flora y fauna de ese espacio, fue muy interesante lo ocurrido en el solar que hace esquina entre la Avenida de la Marina y la banda del río o Avenida de Segismundo Moret. Allí se pensaba edificar un importante hospital y, como es preceptivo en zonas de tutela arqueológica, se realizaron excavaciones que sacaron a la luz interesantes restos arquitectónicos puestos en relación con las atarazanas del siglo X creadas por Abderraman III. Los citados restos se desmontaron y trasladaron cerca del Cubo de la Música, en la misma avenida.

El caso es que al final no se edificó el citado hospital y el solar quedó vacío de tierra y “hueco”, al estar su nueva superficie a varios metros bajo la superficie de las avenidas circundantes. La lluvia llenó aquel extenso “estanque” y en pocos meses se formó una exuberante vegetación propia de pantanos y humedales que no debía diferir mucho de la que había allí hacía siglos. Necesidades de salubridad pública obligaron a rellenar aquel espacio, que por casualidad supuso una reconstrucción de las condiciones biológicas y paisajísticas primitivas del lugar.

Apuntamos la posibilidad de que la ciudad pudo deber su nombre a una isla o península plana y de escasa altura sobre el mar, lo suficientemente alta para no ser inundada por las riadas ni por las mareas más altas, situada en el paleo-estuario del río de La Miel y hoy integrada y fundida con el resto de la actual planicie. Esta es la llanura aluvial donde se levanta la parte baja de la ciudad, que recibe oficialmente el nombre de barrio de la Caridad, denominación polémica para algunos. Por diversas causas, la Julia Traducta romana asentada en la actual Villa Vieja, estaba en decadencia como población, pero mantuvo su importancia como base de factorías de salazón hasta época muy tardía, como han demostrado los rigurosos trabajos de excavación allí realizados en los últimos tiempos, que incluso han localizado con seguridad una fase bizantina como puede comprobarse en la bibliografía que hemos sugerido en estas entregas.

A los trabajos arqueológicos y de paleogeografía se han unido recientemente los estudios de José Soto Chica y Ana María Berenjeno, que han investigado a fondo fuentes documentales sobre los bizantinos en España que son poco conocidas o no se han aprovechado bien o que incluso son totalmente desconocidas por los historiadores radicados en el mediterráneo occidental. Fruto de ese esfuerzo, es la deducción de que en Algeciras existió la última posesión bizantina en la península, conservada por significar el control del estrecho en combinación con Ceuta. Su nombre griego era Mesopotaminoi o Mesopotamini cuya traducción es “tierra o espacio entre ríos”, “peninsula” o bien directamente “isla”.

Los bizantinos, que ejercían sus actividades en relación con la zona portuaria, tradicionalmente situada en el estuario del actual y desaparecido río de la Miel, pudieron tener un establecimiento portuario en una isla de la zona deltaica. Sería simplemente una plataforma situada entre dos brazos del río, como en el actual Palmones, espacio que posteriormente desapareció por colmatación y hoy no es posible distinguir en la planicie aluvial, pero que por determinados detalles de la ocupación antrópica, tanto en la Edad Media como en la repoblación del siglo XVIII, podría situarse entre la citada esquina de las avenidas de la Marina y Cayetano del Toro y la actual calle pescadería, en el interior del espacio rectangular limitado “grosso modo” al sur con la calle Cayetano del Toro, al oeste con la calle del Río y su prolongación, Felipe Antonio Badillo, al norte con el tramo de la calle Tarifa más cercano a la plaza Baja y con la misma plaza hasta llegar la citada avenida de la marina.

El caso, es que cuando los invasores arabo-bereberes de Musa desembarcaron en la actual Algeciras en el año 712, tenían que denominar de alguna forma el lugar. Al parecer, se había olvidado el nombre latino, Julia Traducta, al ser sustituido por el del enclave bizantino situado en la zona deltaica de la desembocadura del río, población denominada en griego Mesopotámini o Mesopotaminoi, que significaba tanto “tierra entre ríos” como “peninsula” o incluso “isla”. Los musulmanes se limitaron a traducirlo al árabe, dando así al-Yazira al- Hadra , que significa lo mismo, con el añadido de verde, por causas tal vez aplicables al entorno o por motivos aún oscuros, relacionados con las referidas leyendas islámicas del extremo occidente.

Se puede establecer la relación: Mesopotamini se tradujo en al-Yazira al-Hadra y está en Algeciras.

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