Ha vuelto a pasar. El radar que controla la velocidad de los conductores a su paso por el acceso norte de Algeciras, justo antes de la entrada en el túnel, ha sufrido un nuevo episodio de sabotaje.
Alguien ha dejado inservible la máquina golpeando el cristal que protege el cinemómetro y la cámara que toma las fotografías a quienes circulan por el tramo por encima de los 40 kilómetros por hora de limitación.
Al margen de que las multas no serán válidas, el radar controla uno de los túneles más peligrosos de España por su sinuoso trazado y doble sentido.
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