Centenares de tarifeños y devotos de la Virgen de la Luz, venidos desde varios puntos del Campo de Gibraltar y la provincia, han secundado este sábado una de las tradiciones más arraigadas en la localidad con la consagración del pueblo a su patrona.

El tradicional paso bajo el manto, siempre multitudinario, sirve de despedida oficial a la patrona y alcaldesa perpetua antes de su regreso, este domingo, al santuario de Caheruelas tras haber permanecido tres semanas en el templo mayor de San Mateo. 

La imagen, en cuyo honor se han celebrado durante los días previos una novena, ha quedado expuesta desde las 16:00 para permitir el trasiego de personas bajo el manto. Primero, tal y como ha organizado la hermandad, los enfermos y ancianos de la residencia San José y un grupo de personas con discapacidad. Tras este primer turno, los fieles y devotos han emprendido el paso ininterrumpido, para lo cual se ha organizado una cola que superaba, con creces, los exteriores del templo.  

La cola de personas esperando su turno en el exterior de San Mateo.

La tradición de la consagración del pueblo a su patrona se remonta al año 1899. Así lo detalla en su libro el recordado cronista tarifeño Jesús Terán Gil, quien explicaba que todo comenzó con la inquietud del párroco Francisco de Paula Sánchez Marchena (Padre Marchena) por darle una despedida a la venerada imagen: "La voz corrió entre los tarifeños del 1899 que entendieron la convocatoria como la forma directa de decir adiós la Patrona". 

Una mujer con un niño en brazos, bajo el manto.

Vuelta de la Virgen

Este domingo, Nuestra Señora de la Luz y San Isidro volverán a su santuario en la dehesa de Caheruelas. Los actos de despedida comenzarán con la misa del alba a las 6:30 en San Mateo. Una vez concluido el oficio religioso, la comitiva partirá hacia la ermita en la dehesa de Caheruelas tras la plática de despedida a cargo del párroco Juan Pedro Varo. 

Previo a las celebraciones religiosas de septiembre, la Hermandad de Nuestra Señora de la Luz logró completar el proceso de arreglo de las parihuelas de traslado de la Virgen. Los talleres de Pedro Angulo, en Lucena (Córdoba), se encargaron de esta labor consistente en el desmontaje, saneado y limpieza del plateado. 

Así mismo, el paso de San Isidro también ha sido reformado este año con una rehabilitación de la mesa, canastilla y ornamentos.