40 años en la OTAN

La pertenencia a la Alianza sirvió para modernizar nuestras Fuerzas Armadas: aprendieron a mirar al mundo y a participar en misiones internacionales

Cuarenta años después de su adhesión, la pertenencia de España a la OTAN es algo tan consustancial a nuestro sistema democrático como la integración en la Unión Europea. Nos toca estar en ambas por nuestra situación geográfica, por la importancia geoestratégica de la Península Ibérica y porque somos unos de los grandes países del continente. Sin nuestra presencia, la idea de una Europa fuerte y con voz en el mundo estaría coja. Ahora más que nunca, cuando el desafío lanzado por Vladimir Putin tiene a las democracias europeas en el punto de mira, se justifica esa presencia y la participación activa de España en sus políticas de defensa. Fue un acierto de Leopoldo Calvo Sotelo en 1982, con el intento de golpe de Estado todavía muy reciente, forzar la entrada de la joven y frágil democracia española en la Alianza. Y también lo fue de Felipe González, una vez que llegó al poder, maniobrar para asegurar la permanencia y vacunar al principal partido de la izquierda española del anti atlantismo con el que se había manejado durante la Guerra Fría. Cuatro años después de que el país entrara en la OTAN lo hacía en la entonces Comunidad Europea y, con los dos tratados en marcha, España se convertía en una democracia plenamente equiparable a las más avanzadas del continente y en pieza muy importante de la seguridad occidental. Además, la OTAN sirvió para, en muy poco tiempo, modernizar nuestras Fuerzas Armadas. Los militares españoles empezaron a viajar al extranjero y a participar en misiones internacionales. Tras la OTAN, el Ejército empezó a mirar más allá de las salas de bandera y se vacunó para siempre de la tentación intervencionista en la política. La OTAN convirtió a los militares españoles en profesionales al servicio de sus ciudadanos y de la defensa de los valores democráticos. La España de hoy no la podríamos comprender de otro modo: somos occidentales y como tales estamos implicados en la defensa de la libertad. La OTAN es una garantía de mantenimiento de estos principios.

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