En cuanto pasen los Tosantos

A Susana no le hace falta que aparezca la gente de Madrid con cara de nazareno y chupa de tamborilero

Los líderes nacionales de los partidos aparecerán por Andalucía en fechas próximas, tratando de parecer hermanos de La Macarena o peregrinos de Santa María de la Cabeza. Cuando Felipe, el PSOE andaluz tenía un líder carismático e irrepetible, Rafael Escuredo. Obtuvo, en las elecciones autonómicas del día 28 de mayo de 1982, las primeras, 66 escaños de los 109 posibles. Toda una premonición; el Partido liderado por González alcanzaría una sobrada mayoría absoluta, cinco meses después: 202 diputados de 350 posibles. Cambiaba la hora de Andalucía, y España le decía al mundo que lo de la democracia iba en serio, que un Partido de radicación y vocación republicana había barrido en las urnas, a poco más de un lustro de una dictadura, e iba a gobernar en una monarquía parlamentaria. Un par de años después, Alfonso Guerra, con la colaboración -habitual cuando ha hecho falta- de un poderoso grupo mediático, cortó de raíz el futuro político de Escuredo, que dañaba el de González: "Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor".

Susana Díaz está muy lejos de ser algo parecido a Escuredo, pero es de casa. En El Tardón (Triana) y a unos metros de la tortilla de espinacas y garbanzos de la Peña Los Ángeles (la "peña roja" para los amigos), "La Niña" es la chiquilla del barrio que quería dedicarse a la política. Algunos andaluces lo viven, otros lo saben y a la mayoría no le extraña nada cuando se lo cuentan. A Susana no le hace falta que aparezca la gente de Madrid con cara de nazareno y chupa de tamborilero, más bien le viene mejor que se quede en el foro. A los otros sí; a Juan Marín, cómplice sin advertirlo de la "dictadura socialista" (ipse dixit), le va a venir al pelo la gentil presencia de la incomparable Inés Arrimadas y el paseo triunfal de Rivera; a los chicos de la progresía descamisada y carnavalesca del Kichi, las puestas en escena del Iglesias de ahora; y a Juanma Moreno, mejor será que lo disfracen del Piyayo de José Carlos de Luna, a ver si por lo menos da lástima.

Me da en la nariz que el PSOE va a batir sus marcas en Andalucía. Dejémonos de tonterías, no hay tanto "PER" como para que alcance a casi la mitad de los votantes, ni tanto beneficiado de las empresas públicas y de los "eres", ni tanto amiguete, ni tanto cliente. Lo que hay es el tufo congelado de una derecha de echarse a llorar y los rescoldos de una burguesía miserable y encogía que nunca creyó en esta tierra nuestra.

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