La derecha será trifásica, pero la izquierda es trófica, por la cadena. Salen a devorarse. Ciudadanos es tan de centro (lo digo sin ironía) que está en los dos análisis: en el de la derecha y en el de la izquierda, pero cuidado porque, aunque parece lo contrario, viene a morder por la izquierda.

Dos pistas. El muy tardío acercamiento a UPyD. A estas alturas, parecerá poca cosa, porque queda poco de UPyD, más allá de la reserva moral de haber sido uno de los intentos políticos más limpios de nuestra historia reciente; pero C's, acercándose, busca nada menos que la nitidez del perfil de izquierda moderna de UPyD.

Mucho más trófico es el acuerdo unánime de la dirección de C's de no pactar de ninguna de las maneras con el PSOE de Pedro Sánchez. Puede parecer un volantazo a la derecha, pero es sólo un amago. En realidad, el mensaje va dirigido a los votantes de izquierda que no quieran o no puedan votar a Sánchez. Teniendo en cuenta que el presidente en funciones quiere seguir siendo presidente pactando con los nacionalismos insolidarios y derechoides del PNV y de la metamorfoseada Convergencia, los socialistas socialistas podrían ser un buen bocado.

Rivera les dice: "Perded toda esperanza, C's no rescatará la moderación de Sánchez. Si queréis un gobierno de sensibilidad socialdemócrata, votad naranja". Si esta es la estrategia, veremos un partido naranja cada vez más pomelo: o sea, naranja por fuera, pero rojo por dentro. Subrayará su perfil izquierdo más y más durante la campaña. Lo tendrá fácil y difícil.

Fácil porque Sánchez, aunque ponga su voz melosa más centrista, tiene la historia que ya tiene con su amistad con Torra, Junqueras y nacionalistas vascos, y tantísima complicidad con Iglesias. Así está la izquierda: Podemos se enfrenta a la autofagia con Errejón y a las magdalenas de Carmena; el PSOE sólo puede comerse a Podemos; y C's viene a morder al PSOE por su lado más blando. Eso es lo fácil.

La gran dificultad de Rivera es convencer a esos votantes socialistas pese a la sombra de la posibilidad de un pacto con Vox. Por eso el gobierno neonato de Andalucía va a estar en el escaparate de la campaña. Marín tiene que demostrar que en Sevilla rige una gran coalición (centroizquierda-centroderecha) y que en la práctica Vox no existe. No creo que Vox se deje. No parece casualidad que la campaña electoral vaya a coincidir con la última temporada deJuego de Tronos.

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