Aveces los árboles no nos dejan ver el bosque. Los ciudadanos de Estados Unidos tienen responsabilidad en que George W. Bush sea su presidente. Un cateto, poco viajado y tirando a malage se hizo con la presidencia en las elecciones de 2000, tras perder en votos populares contra Al Gore y probablemente sin ganar en Florida. Ser un cateto no es un defecto, pero para gobernar el país más poderoso de la tierra, este Bush habría necesitado algo del saber estar de su augusto padre, el presidente de 1988 a 1992. Pero aunque los americanos tengan culpa de que un sanchopanza gobierne el mundo no dejan de ser un pueblo admirable.

Ahora han empezado sus elecciones primarias. El actual presidente del Gobierno español se ganó el liderazgo de su partido con tres cosas que ya ha enterrado sin pudor: primarias, para elegir a los candidatos; limitación de mandatos y no duplicación de cargos. Las primarias son una de las grandes tradiciones americanas. Un 12 por ciento de la población total del Estado ha votado en las primarias demócratas y republicanas de Iowa hace cuatro días. Es aproximadamente la mitad del personal que votó en febrero del año pasado el Estatuto andaluz. Es estimulante la implicación de los jóvenes como voluntarios en estos procesos, al margen de los aparatos de los partidos. Aquí en España,los manejos en las listas cerradas de los aparatos acaba dejando fuera de juego a lo mejor de cada organización y, de camino, a buena parte del electorado, que decide no participar en una misa en la que no ha tenido iniciativa alguna.

Un batallón de jóvenes (y no tan jóvenes) voluntarios se ha apuntado para ayudar en las campañas locales a los demócratas Barack Obama y Hillary Clinton, al republicano Mitt Romney y a sus adversarios. Lo previsto era que la esposa del ex presidente Clinton ganase las primarias demócratas en Iowa, un estado con población blanca en su casi totalidad. Pero ha ganado el primer negro que puede ser presidente de los Estados Unidos. Esto le ha permitido a Obama cobrar ventaja para las siguientes primarias, que se celebran mañana en New Hampsire. Seguirán en Michigan o Carolina del Sur este mes. Al final, en verano, cada partido designará candidato para disputar el 4 de noviembre la elección de presidente.

Aunque la abstención sea alta, la implicación de los participantes es mucho mayor que en Europa, en donde tampoco tenemos índices de votantes mucho mayores. Un riesgo, el de la participación, que lleva al presidente de la Junta de Andalucía a convocar elecciones autonómicas junto a las generales, para que no se note el desentendimiento de la población hacia la autonomía. Entretanto, los denostados americanos celebran una fiesta de la democracia, estado por estado, pueblo por pueblo, durante todo el año. Toda una lección.