La batalla por Madrid

Nadie apostaba por Isabel Díaz Ayuso cuando irrumpió en la política madrileña

Cuando los gurús de Moncloa estaban a punto de completar en Murcia, una de sus muchas felonías, los de la Puerta del Sol, en Madrid, que son zorros de compañía de una especie análoga, la vieron venir y reaccionaron con prontitud y destreza. Los hechos nos han ofrecido la posibilidad de contemplar un ejemplo comprensible del efecto mariposa: un movimiento aislado, no necesariamente significativo por sí mismo, ha desatado un conflicto cuyo futuro inmediato pasa por las elecciones del día 4 del próximo mes de mayo, en la comunidad de Madrid.

En el mundo de la comunicación entre bastidores, se habla de un pulso entre Iván Redondo (San Sebastián, 1981) y Miguel Ángel Rodríguez (Valladolid, 1964). El primero trabajó con dirigentes del PP como García Albiol y José Antonio Monago, antes de ser contratado por la corte de Pedro Sánchez y elevado después a la Jefatura de Gabinete del presidente. El segundo es director del Gabinete de la Presidencia de Madrid, desde hace poco más de un año. En 1987 estuvo entre los periodistas que cubrieron la campaña de Aznar en Castilla y León, y en poco tiempo se convertiría en la voz al oído del que pronto sería el presidente José María Aznar. Secretario de Estado de Comunicación y Portavoz del Gobierno de España (1996-1998), hay quien le asigna un papel decisivo en el ascenso de un hombre gris y de poco carisma como Aznar, hasta las más altas responsabilidades políticas.

Nadie apostaba por Isabel Díaz Ayuso, cuando irrumpió, por estar en el lugar y en el momento oportuno, en la política madrileña. Ni rima con el verso de su partido, ni es una persona con ese halo de discreción y de corrección política que se espera entre los de su clase. Como dicen sus amigos del mismísimo Rodríguez, aludido como MAR en los ambientes periodísticos, lo tiene claro y no disimula lo que piensa. Ha plantado cara al clan de los monclovitas, al que pertenecen, no debemos olvidarlo, declarados republicanos enemigos de la monarquía y hasta del sistema, y cuya existencia flota sobre el separatismo y el blanqueo del terrorismo. Ayuso emerge en el oscuro magma del momento político, como el adalid de los valores liberales y conservadores, frente al pensamiento único. Con una réplica del Frente Popular en liza, la batalla por Madrid va a ser un precedente de lo que ocurrirá en España y afectará a la práctica totalidad de los partidos, dentro y fuera de sus estructuras de poder.

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