EL otro día tuve un feliz encuentro en "La Perseverancia", un bello rincón que anida en el espacio interior del pasaje que une las calles Ancha y Sevilla. Es un lugar adonde da gusto estar. Conducido por gente de bien, excelentes profesionales del sector, fue creado por iniciativa de Paco Ocaña, un peluquero de cota, referente popular entre los "especiales", que ilustró las paredes del local con cerámicas alusivas a personas y lugares relevantes. La carta, bien pertrechada de tapas, y las barricas están también asociadas a actores y a escenarios de nuestro pequeño mundo.

Coincidí con Antonio Roca, propietario de la que acaso sea la más antigua de nuestras instituciones industriales, Gráficas Roca, fundada en Algeciras y ahora ubicada en el polígono industrial de Palmones, en Los Barrios. Ambos somos de la generación del Cronista, así que no viéndonos a menudo, tenemos muchas cosas que contarnos. Su empresa, ya entrada en el cuarto escalón de la saga, es parte de la historia de la comarca, en particular de la historia taurina, por razones ligadas a la personalidad del fundador, Antonio Roca Galván, y a la importancia que en la cartelería festiva ha tenido siempre la casa que él fundara en 1878.

Gracias al encuentro supe de un almanaque de 2015 que reproduce una espléndida fotografía de López y García, en la que un grupo de paisanos rodea en el Hotel Reina Cristina, a un Rafael "el Gallo" restablecido de la grave cogida que sufrió en la Feria de Algeciras de 1914. El día 14, en el segundo de la tarde, un toro de Moreno Santamaría lo cogió "como lo habría podido coger un tranvía" que diría su hermano Joselito, presente en el ruedo. En la fotografía aparece el propio Roca y el celebrado doctor don Ventura Morón cuya inteligencia y preparación guiaron la mano maestra que mantuvo la vida al torero.

El relato de esa cogida que fue ilustración de portada en el número 9 de "La Lidia", del 23 de junio de aquel año, invadió toda la prensa española. El cartel de feria, de José Román, ha sido probablemente, el más espectacular y difundido de cuantos se han editado en el tiempo y con ese motivo. No mucho después, el 28 de febrero de 1915 -dentro de poco se cumplirán cien años- tuvo lugar en Málaga el primer mano a mano entre Joselito y Belmonte. El 20 de abril del pasado año, Morante y el Juli se pusieron en la piel de aquellas dos figuras legendarias rememorando el acontecimiento. Y pues de rememorar se trataba, la corrida fue tan intrascendente como la rememorada.