Una alianza necesaria

Los ciudadanos deben reaccionar ante las obsesiones frentepopulistas del Gobierno

La pandemia está demostrando que no existen modelos diferenciados de gestión de las grandes crisis en función de la ideología. Nuestras diecisiete autonomías, más el abusivamente llamado Gobierno central, ofrecen un panorama abarcador de casi todos los matices del arco parlamentario, con la notable excepción de Vox. Convendremos en que sería bastante difícil encontrar diferencias entre aquellas gobernadas por el PP -¿tal vez Madrid?- y las socialistas o en manos de partidos secesionistas. A todas les une, además, el fracaso general, pero eso es algo que comparten con la inmensa mayoría de los gobiernos que en el mundo son, mal que nos pese. Antes o después, con pocas y muy exóticas excepciones, todas las estrategias de resistencia se han venido abajo, quizá porque básicamente se ha tratado de una sola estrategia.

Hay, sin embargo, una gran diferencia, al menos en España. Cuando la llamada derecha se enfrenta a una crisis gorda, sea sanitaria o económica, se paraliza en todo excepto en lo que entiende puede conducir a resolver el concreto problema, mientras que la izquierda ve eso compatible con seguir adelante con su proyecto social y político. La contraposición entre las actitudes de los gobiernos de Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy puede ser suficientemente ilustrativa de lo que vamos comentando, pero suscita una mezcla de admiración y de profundo rechazo el contemplar cómo, en medio del auténtico caos de la actual vida española, este Gobierno insiste en su agenda ideológica y la prioriza sobre cualquier otra cuestión. Se ha visto en la ley de eutanasia, se ha anunciado en relación con el aborto, está pronta a materializarse en otras áreas vinculadas a la ideología de género.

La incomparecencia de la oposición mayoritaria -del PP y de Ciudadanos- en estas cuestiones es tal que no podemos extrañarnos de que sea una vez más la alarmada sociedad civil la que haya resuelto dar la batalla por su cuenta. A ello responde la reciente constitución de la Asamblea por la Vida, la Libertad y la Dignidad, en la que confluyen 120 organizaciones que denuncian el "proyecto de destrucción social del Gobierno" y se han propuesto, como primer reto, el lanzamiento de una Iniciativa Legislativa Popular para solicitar un Plan Integral de Cuidados Paliativos. Esperemos que, esta vez sí, los ciudadanos seamos capaces de armar la respuesta necesaria a un Gobierno que, incluso más que en sus alianzas, denota su genética frentepopulista en sus obsesiones.

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