Viéndolos venir

Nuevos tiempos y nuevos medios generan nuevas formas de asociar y manipular voluntades

Las redes sociales van a reventar de tanto albergar espontáneos de todas las hechuras, llenos de virtual sapiencia y visión de los más variados futuros. Aconsejándonos acerca de cómo debemos guiarnos, advirtiéndonos de lo que debemos hacer para no contagiarnos con el maldito coronavirus y descalificando de mala manera y a gusto del emisor, a quien quiera que sea y ocupe, en política sobre todo, un lugar relevante. Mientras tanto, unas cuantas organizaciones nacionales e internacionales hacen su agosto enterándose de lo que somos y de lo que nos gusta, y formando suculentas bases de datos para la venta al por mayor y detall. Bases diseñadas con fines políticos o comerciales que, en definitiva y a la postre, suponen intereses de análogo cuño.

Una recogida de firmas bien diseñada, produce una valiosa colección de participantes en el mismo afán, que comparten el gusto por algún supuesto. Nos piden firmar contra el despido de una buena señora porque es musulmana; los firmantes será gente que vea con buenos ojos la práctica religiosa correspondiente, tenga una actitud positiva a convivir con esas creencias y, en todo caso, opuestas a una discriminación asociada a esa causa. Es cuestión de formular una pregunta que llame la atención, despierte los buenos sentimientos del personal, sin compromiso alguno, y tenga connotaciones que convengan a quien diseña la encuesta. Luego, se pone toda esa información en el mercado de la demanda; tan oculto a los ojos del ciudadano de a pie como ostensible para los conocedores del telar en donde se tejen esas telas.

La primera vez que uno se deja seducir por una convocatoria, registra sus datos en una base que queda celosamente guardada. Después, ya es cuestión de seleccionar el tema con el que disimular las intenciones de cada caso en particular, y con un simple "clic aquí" ya está. No hace nada, se pedían adhesiones firmadas contra la decisión de no se sabe quién, de despedir a una profesora (su nombre no importa), por estar divorciada; eso supone la localización de personas que mantienen una actitud favorable al divorcio. Nuevos tiempos y nuevos medios al alcance de la mayoría, generan nuevas formas de asociar y manipular voluntades. Y no hay otro modo de defenderse que el tradicional: poner en funcionamiento las facultades mentales de que estamos dotados y entrenarlas progresando en el conocimiento del ser y estar de nuestra propia realidad colectiva.

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