Opinión

Fernando Romero Gómez-Plana

Tarifa, un puerto en Valdevaqueros

EN los años cuarenta la empresa Dragados y Construcciones inicia en Tarifa su singladura construyendo el puerto. Lo dirige el propio fundador, ingeniero prestigioso, y en ese mismo tiempo el que estaba al frente de la Corporación Municipal tarifeña era mi padre (q.e.p.d).

Se conocía la diversidad de criterios que existieron para decidir cuál debía ser el emplazamiento definitivo de la obra, ya que técnicos cualificados aconsejaban que el Puerto se construyera en Valdevaqueros. Por muchas razones.

Es una ensenada natural, protegida del viento de levante y rodeada de extensas áreas de terreno hasta donde podía llegar el ferrocarril, y en ella acondicionar todas las actividades portuarias. Era la que parecía ubicación más idónea de cara al futuro.

¿Por qué no se hizo? Parece ser que presiones llegadas de otra población próxima del Campo de Gibraltar lo impidieron. Se temía que Tarifa con un gran puerto alcanzara mayor protagonismo y hubo que conformarse con el que existe en la actualidad, más pequeño y orientado a servir únicamente como refugio de las embarcaciones pequeñas y a su vez como base naval militar para las lanchas rápidas de vigilancia en el Estrecho.

¿Qué pasa ahora? Creo que se está en una encrucijada. ¿Por qué no se hace lo que no se hizo entonces? Es el momento para sacar el puerto del centro de la ciudad.

Magnífico el proyecto de la ampliación que se ha presentado, pero quizás podría reducirse al uso de embarcaciones deportivas, yates de recreo y barcos de mediano calado que puedan aportar beneficios directos sin congestionar los accesos por carretera. Sería impensable ampliar lo que hay para facilitar un Paso del Estrecho en los meses de Agosto y Navidad para despachar camiones de gran tonelaje con mercancías en un espacio tan reducido.

Habrá que tomar precauciones antes que esto ocurra.

La cercanía del puerto de Tánger-Med que ya se divisa enfrente hace pensar a las navieras la conveniencia de traer grandes buques con mayor capacidad de transporte.

Conseguir que con ello aumenten los beneficios económicos y laborales debe ser cuestión fundamental para nuestros dirigentes.

Si hasta aquí el turismo es la base más importante para los intereses tarifeños las obras que se ejecutan deben servir como complemento para que éstos aumenten.

Eso es lo que cabe esperar de las mismas pues de lo contrario mejor sería volver a pensar en Valdevaqueros como se hizo en los años cuarenta. Extenderse hacia fuera para no saturar más el interior del pueblo.

Quizás hubiera sido en este momento lo preferible, pero habrá que conformarse con la ampliación anunciada, que se supone lo mejor aunque haya que prescindir para siempre de los erizos de La Caleta.

Todo sea por el progreso.

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