IMAGINE empezar el próximo año con una gran bolsa en la que deposita todo su sueldo de 2012. Luego imagínese metiendo la mano conforme le haga falta para pagar la hipoteca, arreglar la lavadora y pagar el recibo de la luz. Dirá que es una forma poco ortodoxa de llevar una casa, ¿no? Pues, a gran escala, es lo que ha hecho la Junta de Andalucía con su presupuesto para 2012. Se trata de unas cuentas presentadas por cumplir y que el futuro gobierno regional -sea el que sea- deberá rehacer. Unas cuentas con más trampas que una película de chinos. La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, replicaba al PP en la comisión parlamentaria que sólo se detenía en buscar "el cuadrito" con las inversiones provincializadas. Faltaría más. Es lo que buscamos todos. Es lo que sella un compromiso, al menos contable, con cada territorio de esta región. No hay trabajo más mal hecho que el que se efectúa a desgana. Y éste parece serlo.