El diccionario nos recuerda que devoción es amor, veneración y fervor. Estos días recibo múltiples mensajes de devotos políticos que expresan poco amor por las ideas de su grupo, de veneración por sus jefes, o de fervor por los cambios que van a realizar para la mejora de nuestra sociedad. Son mensajes de aversión al contrincante político, de irreverencia a la oposición y de impiedad con el adversario ideológico.

Tengo que reconocer que algunos de estos panfletos están bien realizados: El pasquín de 85 páginas de Mentira Firme contra el libro Tierra Firme, o el montaje de un escaparate de una librería compartiendo espacio el libro del presidente con los libros infantiles de Pedro el traidor o El Pastor Mentiroso, o con las magníficas novelas juveniles de Care Santos Mentira y Roma no paga traidores de Emilio Calderón. Dos ejemplos en el otro lado son Viva la Libertad Carajo de Filmora, u Óscar Puente pone en su lugar a Isabel Díaz Ayuso, de Pandemiadigital.

Con este panorama político prefiero las Buenas Devociones de mi pueblo. En tiempo de Adviento se intensifican las devociones marianas, en primer lugar, con La Inmaculada, a continuación, con la Pura y Limpia Concepción de María, el 18 con la Esperanza, y ya tras la Navidad, el 1 de enero, Madre de Dios. Estos días se han vivido con gran intensidad en toda Andalucía “La Esperanza”. Y especialmente en La Línea de la Concepción con la vuelta de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza de la Hermandad de San Bernardo, donde ha llenado los corazones de amor. Es la vuelta de la imagen porque Ella siempre ha continuado con nosotros. Esperanza es paciencia, llena de fe al pie de la cruz, sin poder arropar a su hijo, sin llegar a abrazarlo, sin aliviar su dolor corporal, pero allí estaba. Fernando Aguado en los 548 días ha trabajado con sus cinco sentidos, corazón y alma, para que regrese su talla con esplendor, pero Ella nunca se marchó de este rinconcito al Sur del Sur. Su devoción existía antes incluso que la gubia de Ortega Bru le diese forma tallada para reconfortar los corazones linenses. Este es el motivo, el hecho, de que sea Reina y Señora no solo del Viernes Santo.

Los políticos con malas devociones tendrían que aprender a meterse en una trabajadera donde se suda y se esfuerza para hacer avanzar esta Nación. Donde se tiene que guardar el silencio, no buscar el protagonismo, donde se debe andar en la misma dirección.

Pero la impresión que dan es que quieren ser el santo de la parihuela y que sean otros los que los saquen en procesión, con sus monaguillos mediáticos perfumándolos para que no llegue al pueblo el olor de podredumbre. Lo malo es que no están dando la talla.

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