Cada vez nuestras vidas son más estresantes y las ciudades más caóticas. En estos aspectos, el ser humano tiende a recluirse detrás de una pantalla para socializarse con el amigo que está a miles de kilómetros… o con el vecino. Ya casi se ha extinguido esa red social que era sentase en la puerta y charlar con los de al lado. Es obvio que la forma de vivir de ahora no tiene nada que ver con la de hace veinte o treinta años, cuando los vecinos se reunían y organizaban fiestas, veladas… Cualquier encuentro era bueno para charlar y pasar un rato de convivencia. Sin duda, las nuevas tecnologías son herramientas muy útiles que han mejorado y globalizado la información y las comunicaciones. Pero el ser humano es de naturaleza social y la necesidad psicológica de relacionarnos es tan vital como el propio respirar. Creo que, para mejorar esta sociedad en la que vivimos, tenemos que cambiar los hábitos de vida, pues la forma actual de vivir no está siendo muy satisfactoria: son muchos los casos de suicidios y depresiones que miles de personas están sufriendo. Dijeron que la pandemia sacaría lo mejor de esta sociedad… pero yo creo que ha sacado también el individualismo y el egoísmo.

Después de toda esta intensa introducción, uno de los factores que pueden ayudar para modificar y propiciar ese cambio de conducta en el comportamiento de una sociedad es el diseño y el trazado de nuestro entorno urbano. Recientemente, en mi barrio, han trazado una vía verde, una calle donde solo pueden pasar peatones y que en ambos lados está enmarcada con amplias zonas ajardinadas. Esta forma de diseñar el urbanismo es, bajo mi punto de vista, la mejor manera de crear las calles del futuro, los corredores verdes. Tengo que decir que es todo un acierto por parte de los gestores el apostar por este tipo de calles del futuro. Observando el comportamiento de mis vecinos, este tipo de zonas comunes propicia otra forma de vida social, que nos hace mucha falta en estos tiempos. Los vecinos se sientan a charlar, los propietarios de mascotas se reúnen y charlan mientras sus perros están jugando en las zonas habilitadas; solo el pasear por ese corredor verde ayuda a mejorar la calidad de vida y propicia la interacción entre personas. En definitiva, una forma más natural de comportarnos como especie humana. Creo que se debería apostar más por ese estilo de urbanismo y crear un corredor verde que rodease toda la ciudad de Algeciras. Mi enhorabuena al concejal de Parques y Jardines, Ángel Martínez, por su buena gestión, que sin duda ayudará a crear entornos urbanos y espacios más adecuados para mejorar nuestra calidad de vida y propiciar mejores hábitos para nuestra sociedad y nuestra propia salud.