La cancelación de la Operación Paso del Estrecho costará millones de euros al Puerto Bahía de Algeciras, a las navieras, a numerosas empresas del sector, y sobre todo supondrá una importante pérdida de empleo para muchos campogibraltareños. Aún no he escuchado a nadie del Gobierno central decir que han previsto medidas de compensación de ningún tipo.

La Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Exteriores y también la ministra portavoz dicen que se respeta la decisión marroquí, tomada dentro de un contexto de pandemia y de prevención sanitaria. Se puede ser diplomático, claro está, pero que no nos tomen por imbéciles, por favor. ¿Es que los riesgos de la epidemia no afectan a los ferris que parte de Marsella, Séte, o Génova, puertos sí autorizados para el transporte de pasajeros a Marruecos este verano? ¿O tampoco afectan a los viajeros que vayan a Marruecos en avión, desde aeropuertos de toda Europa? (incluida España en tal caso).

La historia se repite: Madrid toma la decisión política y la comarca sufre las consecuencias. Ello sería lógico si el Estado reconociese materialmente el sacrificio de esta zona por el interés nacional. Pero lejos de eso, parece que es lo contrario, que además se nos castiga sin infraestructuras, por ejemplo.

Aunque suene añejo, esta comarca ya pagó la decisión de cerrar la verja de Gibraltar hace 52 años, padeciendo que se enviara al desempleo a miles, y que se tuvieran que cerrar muchos comercios. La reivindicación nacional de la soberanía se hacía a costa de nuestra economía, y solo tras sentencias judiciales dictadas muchísimos años después, se consiguió que se indemnizase a los afectados.

Ahora vemos que nos quieren vender que el boicot a nuestros puertos por Marruecos y la cancelación de la OPE se trata de una decisión sanitaria, para no reconocer lo que es, que se trata de una represalia política del vecino, por razón de la postura de España en relación al Sahara. Y a agachar la cabeza, porque todos hemos de colaborar con el fin de la pandemia.

Pero lo que chirría es que a las navieras afectadas, que además participan en el suministro de bienes de primera necesidad a Ceuta y Melilla, no se les riegue de millones como se ha hecho con una aerolínea de dudosa nacionalidad española, Plus Ultra, que apenas conocíamos, que apenas tiene vuelos y que se ha considerado estratégica para salvarla a cargo del presupuesto público.

Vista la situación actual, yo recomiendo que se nombre a algún ferri del Estrecho como Comandante Hugo Chávez, a ver si así cae algo.