Como se observa, en el documento no hay referencias a Gibraltar en sentido alguno, ni para proponer un diálogo abierto y directo con la colonia en relación a las futuras relaciones con la comarca ni para reivindicar la soberanía española sobre el Peñón. Es un acierto porque se pone el acento en las necesidades de los campogibraltareños, un punto de partida y una perspectiva que huye de otros intereses, ajenos en muchas ocasiones a los de quienes viven y trabajan por estos lares sureños.
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