El martes de la pasada semana, una parte de la plana mayor del equipo de gobierno de la Corporación Municipal algecireña se refería exultante al "más ambicioso paquete de inversiones" de qué se yo los años. La concejala delegada de los caudales municipales, María Solanes Mur, fajada en el sector publicitario, debe de estar encantada con los funcionarios, que están haciendo posible un ayuntamiento más saneado y atento con los proveedores.

En septiembre, el alcalde Landaluce anunciaba una nueva reducción del período medio de pago a proveedores. Claro está que, desde la tribuna hay que decir, como lo hace nuestra gentil concejala, que todo "es fruto de la planificación financiera del equipo de Gobierno", ¡y así debe entenderlo el pueblo! pero la verdad es que lo que funciona, funciona gracias a los funcionarios, ¿cómo si no? Los políticos marcan los objetivos y si sus inteligencias les invitan, como es el caso, a dejar a los expertos la ejecución de sus decisiones, da gusto ver cómo va todo. Los españoles vamos muy poco a poco comprendiendo que son los zapateros los que entienden de zapatos, como son los funcionarios los que saben gestionar las administraciones. Un buen político toma buenas decisiones y tiene sentido de lo común (de Estado, hablando en grande); pero no tiene por qué ser un buen gestor. De tener las meninges en su sitio, sabrá rodearse de gente inteligente y arbitrará lo necesario para que se ejecuten sus propósitos.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), depende del Gobierno, pero es una entidad de carácter técnico, diseñada (2013) a raíz de la modificación del artículo 135 de la Constitución (2011), para ser independiente de los poderes públicos. En la calificación de los ayuntamientos, según el riesgo de cumplimiento de las reglas fiscales, publicada el día 20 de julio de 2017, el de Algeciras aparecía en el apartado de "riesgo alto". Todavía en febrero de este año, seguía en riesgo alto, con "empeoramiento lento". No obstante ya, con fecha 5 de diciembre de 2019, la AIReF cita a Algeciras entre los ayuntamientos que mejoran su situación de riesgo.

Entramos bien en la década que nos espera impaciente. Ésta otra que está a punto de abandonar su vigencia, nos ha dejado algo muy importante por encima de otras consideraciones, una sintonía sin precedentes entre la ciudad y el puerto. ¡Quién habría podido imaginarlo con la mirada puesta en el pasado!