La asociación de apoyo a los presos de ETA denominada Sare instaló hace unas semanas en las calles de Pamplona una caseta de cristal, que recreaba el interior de una celda en prisión, para que los ciudadanos puedan identificarse con el "atroz sufrimiento" que los terroristas sienten en la cárcel. Esta organización pretende que, cada media hora, una persona permanezca dentro esta celda ficticia para denunciar la "falta de los derechos humanos" que sufren los terroristas condenados a penas de cárcel. Pues puestos a dar ideas brillantes como la suya, podrían poner unos ataúdes y meterse estos lumbreras dentro. Esa media horita al menos, encerrados, con la tapa puesta y metidos en un nicho, para que sientan en sus carnes el lugar donde terminaron todas y cada una de las víctimas inocentes a las que quitaron sus vidas y sus sueños esos canallas asesinos, que ellos tanto defienden. Entonces y solo entonces, podríais hablar con fundamento de derechos humanos y atroces sufrimientos.