Cuando pensaba que el nivel de torpeza y tontuno alcanzó su cénit en la epoca del presidente Zapatero, llega el señor Sánchez con una nueva historia para no dormir. Va al ritmo de una por semana. Ha rizado el rizo al gastarse del dinero de todos este inteligente Ejecutivo en 4.000 chilabas para los inmigrantes que llegan a Melilla, con un coste unitario de 30 euros, el más elevado de las prendas que se licitaban. Lo dicho, unos lumbreras. Con un precio de 120.000 euros mientras nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado siguen pidiendo chalecos antibalas y material. Pero claro, eso es secundario. Aquí lo verdaderamente importante es practicar el "buenismo". O lo que es lo mismo, seguir haciendo el gilipollas. Señor presidente, tenga cubiertas las necesidades de los españoles primero y luego encárguese del vecino. El pueblo, que es soberano, se lo agradecerá. ¿Oído cocina?

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